Esa noche en la que el cielo brillaban aquellos puntitos luminosos a los que pedía deseos. Esas estrellas que los escuchaban sin poder hacerlos realidad. Esos sueños que tenía mientras pensaba en cómo todo había empezado. Y esa noche, escuchando música triste, observando el cielo estrellado, deseando, soñando y pensando en mi vida, cada día más complicada. Y llorando, por todo, por el precioso espectáculo, por mis intrincados problemas, por mis geniales amigas... Por no saber si lo hago bien, o me estoy equivocando en todo. Pero, si pienso en positivo, se que me divierto y vivo a tope. Y sé que las estrellas velan por mi todas las noches, fabricando mis sueños con polvo de hada e intentando hacerlos realidad... a veces sin conseguirlo.
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