La llave no acertaba a entrar en la cerradura, la cortina de agua salada emborronaba mi vista. Mi mano temblorosa parecía rendirse. No había nadie en casa y eso era justo lo que necesitaba: estar sola. Para llorar sin compañía, desahogándome en la soledad que me abrumaría a partir de ahora. Para gritar su nombre innombrable, para llorar su ausencia. Juré no llorar jamás por un chico. Me duele decir que no siempre cumplo mis promesas.
La llave decide meterse por fin, tal vez porque verme sufrir bajo la lluvia helada del mes de febrero había dejado ya de ser divertido. Mis ojos azules, envueltos en una capa de rímel corrido por la llorera, no paran de deshidratarme segundo a segundo. Giro con rabia la muñeca y la puerta se abre. De una patada, se abre como las puertas de una iglesia cuando la novia por fin entra a recibir su anillo y a su amor verdadero. Golpea la pared y se cierra en un golpe seco.
Subo las escaleras tropezando con mis propios pies. Me meto en mi habitación y me encierro, sin necesidad de salir de allí jamás. Tiro mi bolso al suelo, mis botines caen sobre la alfombra con fuerza, provocando un estruendoso ruido que nadie aparte de mi decide oír. Derrotada, tras la batalla del amor perdida, mi cama resulta ser la lápida en la que decidí morir luchando. Y mi llanto cubre todas las esquinas de mi habitación apartada del mundo, e impregna de tristeza mi corazón destrozado.
Mis puños descargan su ira contra la almohada. Miles de plumas me rodean como en un magnífico sueño en el que estoy en un mundo de fantasía. Salvo porque mi labio tembloroso tiene ganas de escupir mil palabras de enfado hacia él. Pero no lo hace. Las plumas me rozan la piel intentando calmarme como una madre a su hija después de que ésta tenga una pesadilla. Sin embargo, lo único que consigue es deprimirme, transformarme en un ovillo que se convulsiona a cada lágrima, mientras procuro ser fuerte engañándome a mí misma, creyendo que él volverá a disculparse cuando nunca se hará realidad.
Oh, cada palabra hace más fantástico el texto.
ResponderEliminarEs adhgaksdhak, no tengo palabras.
Besos, Amanda.
Yo opino igual. Es fantástico Emoti, cada día te superas! :)
EliminarUn besito guapa!
Muchísimas gracias chicas, me alegráis el día :D
EliminarEmoti
La verdad es que te ha salido muy bueno, realista y con mucho sentimiento :)
ResponderEliminarMe gusta cómo escribes Emoti, eres muy buena ya que se hace fácil al lector poder imaginar la historia, te mando muchos besos, sigue así!
Me alegro de que te puedas meter de lleno en la historia, gracias por comentar, me encanta cuando comentas :D
EliminarBesos para ti también ^^
Emoti