Todo cambia

Esperé años a que me devolvieras una sonrisa, y al fin la tuve. Encontré tus abrazos escondidos en una esquina, pero conseguí fundirme en ellos. Rebusqué entre los cajones de tu escritorio, y al final encontré aquel perfume que me impregnaba cada mañana. Anhelé esos dulces besos con ansia, y cuando al fin los tuve, todo pareció cambiar. Y de hecho, lo hizo. Todo tiene un final, ambos lo sabíamos. Tu ramo de rosas se marchitaría con el tiempo, aunque yo lo metí en un jarrón con agua para que eso no pasara. Y de todas formas, alguien rompió el jarrón. Y todo se disipó en el aire. Y ahora que todo a cambiado, sigo esperando un abrazo, un saludo. De amistad. Es difícil, pero hay que intentarlo. Aunque aún ninguno haya dado el primer paso.