Caminaba tranquilamente por la playa cuando me encontré una botella. Sin saber muy bien que hacer la cogí. El papel del interior estaba algo deteriorado por el tiempo. Se encontraba enrollado con cuidado dentro de la botella de cristal. Mis manos se deslizaban delicadamente rozando el cristal. Quité el corcho y saqué el papel del interior de la botella. Lo desenrollé poco a poco con miedo a romperlo. La hoja había sido escrita con una pluma hace bastante tiempo. Leí sin problema lo que decía el papel, ya que estaba escrito con una magnífica letra. Cuando acabé de leer la última palabra, una lágrima resbaló cayendo a la arena. Volví a enrollar la hoja con sumo cuidado y la introduje por el cuello de la botella. Coloqué el corcho y lancé la botella lo más lejos que pude, como indicaba la carta. Observé como la botella se iba alejando. Esperando encontrar a la próxima persona que leyera la carta.
Angelics
Que bonita la historia, veo que no soy la única que se va encontrando botellas por la playa, aun que en mi caso nunca puedo leerlas.
ResponderEliminarBesos
Me ha gustado mucho la historia! Dan ganas de escribir algo y lanzarlo al mar en una botella...
ResponderEliminarUn beso (:
Me intriga saber lo que había escrito en esa carta...
ResponderEliminarYo nunca me he encontrado una, pero me haría ilusión si me ocurriera.
Un beso :3
Qué hermosooooo. Yo siempre he querido dejar un mensaje en una botella pero nunca me he encontrado una.
ResponderEliminarBesos y abrazos <3