Las
olas se agitaban bruscamente en el enrarecido mar. Mis piernas se balanceaban
en el aire, yo sentada en lo alto del acantilado, sin pensar en que un pequeño
movimiento en falso me precipitaría a una muerte más que segura. El viento
rugía y me azotaba el cabello castaño enmarañado, pero si cerrabas los ojos no
te fijabas en los detalles como que la roca arañaba la parte inferior de mis
muslos o que el olor de lluvia inminente era cada vez más potente. El problema
es que a veces hace falta abrirlos. Y no sé si abrirlos será bueno o malo, tal
vez me empiece a quejar de mis arañazos, me levante y me marche, tal vez vea
las olas tan altas que me mojen la planta de los pies y tenga frío, siempre me pongo
en el peor de los casos, esta vez ha sido la excepción.
Abro
los ojos. Unas nubes negras como el azabache se yerguen sobre mí, dispuestas a
empaparme. <<Que me mojen>>, pienso. No hay ninguna sensación mejor
que esta, ninguna. Es la sensación de libertad. Tal vez alguien lo viera como
soledad, una chica sin lugar a donde ir bajo una lluvia torrencial y sin nadie
que le tienda su abrigo para cubrir sus brazos desnudos. Esa sería la peor
sensación que se podría sentir allí. Pero yo me sentía libre, libre como para
bailar bajo la lluvia aunque fuera un baile de dos y solo hubiera uno, libre
como para gritar de puro alborozo solo por sentirme como me siento.
La
lluvia empieza a repiquetear sobre mi cabeza. Me gusta su sonido. Me siento en
una escena de la típica novela de amor, solo que sin el chico enamorado que me
encuentra toda mojada y me tiende un paraguas bajo el que nos besamos y me
lleva a su casa para besarnos aún más. Tengo las dos opciones, la de salir de
ahí o ganarme un constipado. Me quedo con la de soñar despierta, mientras las
olas se rompen, al igual que mis lágrimas de alegría.
Es la mejor sensación delmundo, sentirte así de bien, me encanta. Y da igual que estes sola o que te pases dos semanas resfriada, hay veces que merece la pena arriesgarse.
ResponderEliminarJajaja, merece más que la pena. Yo a veces me he sentido como la chica, claro que también he estado mal. Me gusta recordar ese tipo de momentos en los que te sientes libre y feliz, aunque no haya estado en lo alto de un acantilado, pero intentaba transmitir la sensación. Es hermosa ^^
EliminarYo adoro esos momentos, quizás no pendo de un acantilado, pero sí que me encanta caminar bajo la lluvia sabiendo que estoy mojando mis mejores zapatos, a veces hay que dejarlo todo de lado y dejarse llevar.
ResponderEliminarBesos, Amanda.
Me ha gustado tu comentario porque es exactamente así cómo me sentí ^^
EliminarMojé mis pobres zapatos y ahora están sucietes.
Besos :)
¡ah! me encantó, de verdad, creo que no hay nada más bonito que sentir las gotas de lluvia y sentirte libre y sentirte feliz, aún con todo lo malo que está a nuestro alrededor. simplemente precioso, ojalá puedas pasar por mi blog, un beso :)
ResponderEliminarTodo lo malo no importa en esta entrada, porque aunque en la realidad sea difícil de olvidar (tus problemas, etc), en la ficción puedes sentirte como quieras, dándole importancia a lo bueno y dejando atrás lo malo.
EliminarUn beso :)
Es uno de los textos más bonitos que he leído en este blog. También adoro la sensación de la lluvia en mi piel.
ResponderEliminarUn beso c:
¡Guau! No sabes lo que significa eso para mí, teniendo en cuenta lo buenas escritoras que son las demás.
EliminarSiempre me alegra verte pasar por aquí.
¡Besos!
Adoro esos momentos, la lluvia me da mayor libertad que nadie. Sin palabras, precioso Emoti.
ResponderEliminarBesos, Bittersweet.
Muchas gracias ^^
EliminarSentir la lluvia es una sensación preciosa :)
Me encantaría sentirme así, yo sola y mis pensamientos mirando el mar y la lluvia ceñirse sobre mí. Sería un buen lugar que visitar para aliviar mis pensamientos y emociones. Un placer leerte, un besito :)
ResponderEliminarSeguro que lo sería, Bi :) Seguro que te sentirás así alguna vez, ¡es una sensación preciosa!
EliminarBesos.