Ya queda poco de una máscara ya rota por los cortantes cristales de los recuerdos tristes. Ya no volvería a chocar contra el mismo muro contra el que había jugado a saltar. De poco servía ya tapar la tristeza bajo un gorro avejentado de años. No podía dar un paso sin oír las voces de los demonios que habitan en mi cabeza que dejaba entrar, ingenua, a todos a quiénes querían, todos aquellos a lo que habría que haber cerrado las puerta. Debí dejar las cicatrices para cuando era niña y tropezaba por patosa, no para ahora que tropiezo por no mirar hacia delante y solo mis zapatos. Debí dejar las lágrimas para cuando era un bebé y la inseguridad y lo poco (nada) que conocía me atemorizaban, no ahora que conozco todo demasiado bien. Tendría que saber por qué dices adiós cada tarde, en vez de decir hasta luego, como si mañana ya no me fueses a ver a la misma hora donde siempre porque la que diría adiós soy yo. A veces se me olvida que el mundo es enorme y que yo soy solo una persona, y cuando quien quiera que sea el que me controle se olvide de mí y me eche a patadas (porque si yo pudiera controlarme saldría ahora mismo y huiría de aquí, pero alguien me lo pide y no es la razón). Creo que reflexiono mucho y duermo poco, y sonrío menos. Pero debería dormir hoy al menos una hora porque mañana no creo que aguante otro día más.
*texto no inspirado en mí*
Si no esta inspirado en ti, entonces debe estar inspirado en mi, porque Emoti, lo has clavado..
ResponderEliminarEsto me recordó a un libro que leí, en el cual un personaje dice "prefiero que sea sincero a que sea feliz". A veces reflexionar demasiado ha cerca de las cosas nos complica más que ayuda, pero como me dice una canción "esta es la maldición de tener tanto tiempo libre". Te he citado un poco-demasiado, mucha suerte y recuerda que no hay lagrimas eternas ya que todas terminan secándose.
ResponderEliminarBesos
Yo soy muy in segura,
ResponderEliminary aunque intento eliminarla ya forma parte de mi :S
Besos, Amanda.