Deja ya de tirar corazones a la basura. Hay personas que los quieren. Deja de agarrar el primer cuchillo que encuentres en los cajones de la cocina y desgarrar los pobres corazones sin piedad. Deja de comprar corazones que no mereces. Deja de apostar corazones de otras personas, no te pertenecen. Deja de creer que nadie ha necesitado alguna vez la compañía de corazones deliciosos en un momento de tristeza plena. Deja de robar corazones inocentes que no pueden escapar de tus garras sin compasión. Deja de mirarme con carita de no haber echo ninguna de estas cosas en toda tu vida, no me puedes engañar. Deja de intentar impresionarme destrozando el corazón que minutos antes te había ofrecido yo, sin saber lo que harías a continuación. Que más da que todo esto lo hayas echo con gominolas en forma de corazón. Son corazones al fin y al cabo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Nos dedicas unos segunditos de tu vida?