-No me necesitas, sabes protegerte sola.
-Sí, hasta que no sepa.
-Imposible protergerte cuando no sepas, porque ya serás una anciana débil y yo un ángel en el cielo.
-Pues protégeme ahora.
¿Cómo?
-Estando a mi lado cada día al despertarme y al lado de mi cama estés tú aún despierto porque no has podido parar de pensar en que alguien podía hacerme daño
-Jo, sí que pides y ¿si no logró hacer todo eso?
-No importa, me he dado cuenta de que cuando estamos juntos, se crea un campo de protección entre nosotros y nadie puede hacernos daño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Nos dedicas unos segunditos de tu vida?