domingo, 29 de diciembre de 2013

Atrapada

Recogía su cabello en trenzas que el viento empujaba poco a poco. Era el aire el que envolvía su vida tornada de azul. Porque las flores le llevaban a los sueños. Y de los sueños al cielo. La nieve que caía en aquella época era muy dulce. La sujetaba entre sus manos y tiernamente, soplaba. Al igual que el calor de la cabaña donde vivía, ella también permanecía inmóvil. Ella no viajaba, su mente sí. Gritaba a los cuatro vientos mientras dormía. Envuelta en miles de mantas y cientos de libros a su alrededor. Crecía. De forma rápida pero seguía siendo tan niña como siempre. Vivía pegada a la música. Ya era habitual en su mente escuchar las voces del mismo cantante.
Tumblr

En esos momentos, el viento empujaba las nubes borrosas en el horizonte. Aún despierta por ver salir el sol, que no llegaría nunca, aún viendo su reflejo en el lago, viendo cómo su cuerpo se disipaba lentamente. Escuchando atentamente los susurros de un ángel sin vida, como la niebla. Tanta vida sin pasión. La nieve se derretía entre sus dedos. El nuevo amanecer ya estaba allí. Su piel se vuelve más cálida, intentando no mirar al sol sin cegarse. Comenzaba un terror en su interior, las agujas de su reloj comenzaban a moverse sin rumbo. Tenía miedo.  No podía despertar. Ya era parte de su sueño. El mundo no era como lo había pintado. Tenía miedo a la verdad, hasta que las mentiras resultaron ser más feas. 

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Hola! Feliz Navidad y Feliz año nuevo :) 
Tan solo quería decir que tengo nuevo blog, pasaros a ver si os gusta, ¡muchas gracias!

memoriesonthesky.blogspot.com 

domingo, 15 de diciembre de 2013

I like the way you hurt

Mira lo que has hecho. Ya no sé vivir sin tu aliento, sin tus estúpidos hoyuelos. Eres como una extraña droga, una inexplicable razón, una autolesión que me impongo yo sola. Ahora, después de todo lo que has hecho, mira en lo que me he convertido. Ahora pienso demasiado, y no únicamente en ti. Ahora sollozo en la penumbra de estos escombros en los que yo misma me he enterrado. El problema es que me gusta la manera en la que dueles, con esas puñaladas bien estudiadas y sutiles que poco a poco me agotan y desgarran. Yo sólo necesitaba alguien que me escuchara y no juzgara, alguien con quien ser quien soy aunque sólo sea una loca que intenta ser normal. Sólo necesitaba hablar con alguien cuerdo en un mundo de ebrios. Por desgracia, para ti yo sólo era una borracha más. 


{al menos, acuérdate de mí mientras duermes}

sábado, 7 de diciembre de 2013

La música envolvía sus días




 Pincha aquí para escucharlo con la música
Tocando mientras todo se torna de azul. Tonos más graves, más agudos. Pero simplemente, era el poder escucharle mientras dormía.You know you like her.
 Era ella y sus notas. En la misma habitación. Jugando a ver quien conseguía tocar más alto. Riendo sin parar en la cálida noche, mientras escondida entre sus mantas, tarareaba las canciones que marcaron su vida. El poder que escondía en su pequeña mente podía hipnotizar a cualquiera. No todo era poder disfrutar su música, sino que a veces, era la propia melodía la que se apoderaba de su vida. Eran subidas y bajadas. Como una montaña rusa sin final. El sonido de las aguas acompañaban a la canción que jamás había alcanzado tanto grado de perfección. Aquel día quedó grabado en el estanque las imágenes de los pájaros dando vueltas alrededor del piano que no cesaba en su empeño de tocar. Pero el piano no tocaba solo, allí había alguien que cada noche, se sentaba en él y tocaba canciones hasta el amanecer. Era la triste canción de siempre, aquella con la que todo se apagaba. Cerraba los ojos lentamente hasta que ya no pudo despertar. Se quedó encerrada entre sus notas. Y entre sus lágrimas, el piano que siempre le había acompañado, seguía sonando esperando a que alguien llegara y terminara la canción. Esa canción nunca llegó a terminar. Aun queda que entre las aguas, aparezca aquella niña y vuelva a sentarse junto a sus teclas. 
Nada acaba si hay algo que te lo recuerda.  



viernes, 6 de diciembre de 2013

Pañuelos mojados

Mi cama está llena de pañuelos de tanto llorar. Estoy destrozada, rota por dentro. Lo único en lo que puedo pensar es en ti. No debí dejarte marchar, ahora me arrepiento y ya es demasiado tarde.
Recuerdo tu sonrisa iluminando todas mis mañanas. Tus suaves manos acariciando mis heridas. Todas esas imágenes pasan por mi cabeza, como si me fuera a morir. Las lágrimas recorren mis mejillas lentamente, no quieren caer. El dolor y el miedo crecen poco a poco en mí, y la felicidad se convierte en un recuerdo del pasado.
Te necesito tanto y no me había dado cuenta hasta ahora. Sé que me olvidarás, pero yo te voy a esperar toda mi vida.
Angelics.

Take me please.
 
 
 
 
 

 


lunes, 2 de diciembre de 2013

tu último recuerdo.

Soy aquel eslabón perdido que se soltó de la cadena en medio de una tormenta y nadie fue a buscar. Soy ese engranaje que se quedó inmóvil al pensar que, tan pequeño y tan lento como era, no influiría en el mecanismo. Soy esa hoja que se cayó la primera del árbol, pues ya me había tornado rojiza. Soy ese mechón de pelo que nadie llegó a acariciar con los dedos. Soy aquella manta de invierno que se quedó olvidada en verano, y, cuando el frío volvió a azotar, ya no era recordada. Soy aquella promesa primaveral que arrastró la brisa hasta la marea y se la llevó, llorando. Soy esa triste lágrima que rodó por tu mejilla una noche como otra cualquiera y que ya ni la almohada recuerda. Soy ese pensamiento optimista que todos los negativos se molestaron en callar. Soy ese gorro que te cubre toda la cara y con el que apenas puedes ver. Soy aquella sonrisa falsa que no recuerdas al haber enseñado tantas. Soy tu último recuerdo antes de caer. Y caer, hasta que ya no soy.

sábado, 30 de noviembre de 2013

Le necesito

Miro abajo y veo unos zapatos, los zapatos que tantos años he llevado conmigo, no sé como he llegado hasta aquí.
Me levanto, me miro al espejo y miro la sonrisa forzada que muchas veces he simulado. Me es imposible soportar más. Necesito una razón, necesito a alguien por quien levantarme todas las mañanas. Alguien que me ayude y me comprenda. Alguien que me acepte y sepa sacarme una gran sonrisa en los momentos más difíciles. No quiero seguir siendo una persona que no soy, no quiero volver a esconder mi sonrisa, quiero que todo el mundo vea lo feliz que puedo llegar a ser. Quiero dejar de vivir en libros y sueños y aterrizar en un lugar llamado mundo en el que empezar de nuevo.
No soportaré ni un minuto más.
Necesito a alguien.
Marcos.
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¡Hola personitas! Pues este texto es de un amigo que se llama Marcos, y este es su blog: discoveringmymusic.blogspot.com. Le conocemos desde apenas una semana, pero ya nos ha caído muy bien, es de las personas más imperfectamente perfectas que existen. Y desde aquí le agradezco mucho todo lo que hace por nosotras, y su optimismo, y que sea tan increíble. Espero que os haya gustado, puede que tengamos otro guardado para otro día...

domingo, 17 de noviembre de 2013

Con fuerzas para gritar y no callar

Swing


Era una realidad donde ese infinito tan lejano, se acercaba a pequeños pasos junto a mí. Alineada con el horizonte llena de barro por mi cuerpo. Aún marchitas las hojas del verano. En busca de un sueño transparente con miles de galaxias girando. Sin emociones, por favor. Ya no quedan más lágrimas. Escaparemos en su búsqueda. Pero no todavía. El cielo aún queda a varios metros sobre mí. Con fuerzas para gritar y no callar. El interior de mis susurros lleva una porción de magia acompaña de música. Aún se pueden escuchar. ¿Lo oyes? Son mis pulsaciones, aquellas que tienen ganas de explotar en trocitos de algodón y ser eternas. Poco a poco van cayendo letras sobre mis manos. Tienen la tonalidad de la tinta, pero son muy poco reales. Y el aliento que golpea mi nuca sigue sin ser de color. Las campanas continúan sonando a la espera de la nieve. Pero, somos demasiado pequeños para que la nieve pueda llegar hasta nosotros. Esperando a encontrar la calma en medio de una tempestad ardiente. Porque mis palabras están quemándose entre mis manos y mi piel ya no puede oscurecerse más. Habrá que esperar al nuevo día porque siempre hay un nuevo amanecer

viernes, 8 de noviembre de 2013

Sonrío menos

Ya queda poco de una máscara ya rota por los cortantes cristales de los recuerdos tristes. Ya no volvería a chocar contra el mismo muro contra el que había jugado a saltar. De poco servía ya tapar la tristeza bajo un gorro avejentado de años. No podía dar un paso sin oír las voces de los demonios que habitan en mi cabeza que dejaba entrar, ingenua, a todos a quiénes querían, todos aquellos a lo que habría que haber cerrado las puerta. Debí dejar las cicatrices para cuando era niña y tropezaba por patosa, no para ahora que tropiezo por no mirar hacia delante y solo mis zapatos. Debí dejar las lágrimas para cuando era un bebé y la inseguridad y lo poco (nada) que conocía me atemorizaban, no ahora que conozco todo demasiado bien. Tendría que saber por qué dices adiós cada tarde, en vez de decir hasta luego, como si mañana ya no me fueses a ver a la misma hora donde siempre porque la que diría adiós soy yo. A veces se me olvida que el mundo es enorme y que yo soy solo una persona, y cuando quien quiera que sea el que me controle se olvide de mí y me eche a patadas (porque si yo pudiera controlarme saldría ahora mismo y huiría de aquí, pero alguien me lo pide y no es la razón). Creo que reflexiono mucho y duermo poco, y sonrío menos. Pero debería dormir hoy al menos una hora porque mañana no creo que aguante otro día más.

*texto no inspirado en mí*

domingo, 20 de octubre de 2013

Atenta, porque no creo que la vida te sonría dos veces del mismo modo


Pandaxpower.tumblr.com

Bailaba y bailaba al son del compás acompañada de su pequeña caja de música, la que hace bastante que había encontrado en su baúl. La acompañaba el sonido de su pequeño acompañante. No podía sentirlo, ni siquiera le respondía cuando le hablaba, pero el ruido que provocaba en la estancia significaba que continuaba presente junto a ella. Sin embargo, la chica paró de bailar. Él ya no la acompañaba, apenas tenía fuerzas para seguir bailando a su lado. Solo se oían los sollozos de de ella. El eco. Su eco. Ya no aparecía junto a ella.

Años más tarde...

Odiaba cuando aquella nube llegaba y empapaba sus mejillas con su lluvia. En sus párpados caídos, estaba su verdadera naturaleza. ¿Aquella triste niña era un bicho raro o su propio cuerpo se había consumido entre tanto amor? El corazón que latía había sido sorprendido por unos pequeños síntomas. Las personas que la tenían a su lado, ya no notaban apenas su atenta mirada. Habían sido las locuras de los sábados. Sí, seguro que podría haber sido aquello. El descontrol, los pequeños detalles de los que solo ella se daba cuenta... Habían sido meses y meses sin amigos, se sentía sola, ya ni siquiera sabía por qué tanta emoción en su vida, si seguía siendo la misma. Nunca había cambiado, seguía siendo la tímida niña que antes había revolucionado toda su vida y la de los demás...

<<Su propia apariencia le había engañado, tal vez ella había sido mucho más de lo que podía llegar a ser, tal vez no podía ser como los demás... Tal vez había nacido para ser diferente y aun nadie se lo había dicho...>>


domingo, 6 de octubre de 2013

Acordes

El bar estaba abarrotado. Entré cogida de la mano de mi padre, no quería perderme entre la multitud. Se escuchaba un intenso murmullo, y de pronto, todos callaron. En la barra un hombre de edad se tomaba el último trago su gin-tonic. Carraspeó una, dos veces. Los primeros acordes de guitarra, aquella que tocaba el hombre de espeso bigote gris. La voz del hombre de la barra inundó la sala en pocos
segundos. Nadie hablaba. Nadie comentaba. Sólo sonreían. Yo sonreía.
Apenas la única joven que había en aquella sala era yo. Pero para mí la sala estaba vacía. Importaba la canción, la letra, la voz, y nada más, absolutamente nada. En esos momentos tenía ganas de llorar de la emoción, me emocioné, y no sé por qué. <<¿Por qué este señor no es famoso, papá? El tiene verdadero talento, canta mejor que cualquiera>>. ¿No quería ser conocido? ¿Prefería cantar en los bares, con un público mucho más reducido del que merecería? ¿Por qué no quería deleitar con su voz a muchas más personas? Me pregunto ahora, una vez pasados aquellos minutos de evasión total. Y ahora me siento feliz. El calor de treinta personas sólo escuchándole a él, a los acordes de guitarra, a la armonía del momento y a la alegría.

"Dile que la quiero, dile que yo vivo, dile que me muero"
"Yo solo quiero, quiero que vuelva, aquella mujer"

sábado, 28 de septiembre de 2013

Y cuando cae la lluvia, ya no calienta el sol.....

Y cuando cae la lluvia, ya no calienta el sol.....
 
Eran caballeros andantes sin su espada, eran princesas sin vestido. Jamás nadie lo hubiera pensado, el silencio del castillo se hacía raro a aquellas horas. Golpecitos daban a la puerta las gotitas de agua, no las dejarían pasar. A ninguna de ellas, la lluvia era demasiado traicionera para ser bienvenida. Los tonos grisáceos del cielo, como el algodón manchado de tinta. Porque la tinta recorre mis venas, al igual que la sangre. Manchando papeles sin color. Horas y horas sin reconocimiento alguno. Escondes entre los cajones tus historias, aquellas que nunca me dejabas leer ni en los días de lluvia. ¿Acaso podías esconderme algo? Era la rapidez del tiempo la que pasaba, mi juventud hacía tiempo que se había visto presa por palabras. No se olvidaban... Al igual que las insignificantes gotitas que quisieron pasar pero nunca lo hicieron. Quedaron presas en el exterior de palacio. Solas mientras el frío las helaba. Mejor hubiera sido alejarse de allí, con una taza de té caliente entre las manos y la bufanda de cada invierno. Huir con las manos tapándose la cara, sin querer dejar huella entre la nieve.
Aquellas gotitas no tenían nada con lo que abrigarse. Congeladas desaparecieron. Hasta que un día de un invierno lejano, aquel castillo silenció el roto de los cristales.
Tápate la cara con las manos y corre cuanto más puedas, llegarás más lejos de sonde siempre has llegado.
Imagination
 
 

lunes, 23 de septiembre de 2013

Crónicas de una fumadora #3

No lo necesito. No lo necesito. Lo necesito. Necesito fumar. Sentir que mis penas huyen con el olor del humo. Suena ridículo decirlo, pero no puedo vivir sin el tabaco. El cigarro es una prolongación de mi cuerpo a estás alturas. Seguramente no pueda dejarlo ahora, aunque no hubiese nada que prefiriese en el mundo. Pero tampoco quiero dejarlo. 
No me digas que puedo ser feliz de otra manera o ahogar mis penas en helado en vez de en tabaco. Eso solo son cuentos para mí, cuentos que prometen cosas que no se pueden cumplir. Así que juega a ser escritor, que no me leeré tus historias. Las quemaré con mi mechero hasta reducirlas a cenizas, cenizas que no puedan contar más mentiras. La única manera de ser feliz es enviando las lágrimas al infierno, y yo he encontrado la manera. Infalible y cierta.
Lo necesito. Es mi droga, como tú tienes tus libros. Conseguimos aferrar un sueño imposible, yo envuelta en humo y tú en tinta. Y no me digas que no es lo mismo, porque ya no me creo nada de lo que digas. Aunque mi jersey favorito sea el que me regalaste y mirar las nubes me recuerda a ti, te he sustituido. Y viceversa. Nos refugiamos en nuestra adicción, nos refugiamos del exterior. O tal vez sea una excusa para no hacerte caso, para olvidarte de una vez. 
Te repetiré que puedes ser feliz de otra manera hasta que te canses, porque yo ya me he cansado de la de veces que me lo has dicho. Para ti solo soy una fumadora obsesiva, que no sé hacer nada más. Pero recuerdo que antes sabía besar, y parece ser que muy bien, ya que me lo recordabas siempre. Así que déjame continuar mi camino, yo haré lo mismo. Tal vez nuestras vidas acaben de forma diferente o igual, pero no serán vidas unidas. Recuerdame como te guste, como la chica que sabía besar o la adicta al humo. Yo lo haré como el que me cambio la vida. Para mal.

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¡Hola a todos! Hace mucho que escribí esta entrada, estaba esperando a publicarla y ¡llegó el momento! Sé que no es gran cosa y ni yo sé porque meto el amor aquí, pero bueh. Aún así espero que os haya gustado :3 Os dejo los links de las entradas de Emoti y Blue princess ¡Disfrutad!

sábado, 14 de septiembre de 2013

Crónicas de una fumadora #2

¿El aire tiene color? No, o eso creo. Es trasparente. Casi no lo podía sentir, ni tocar. Los pequeños rayos que entraban por el vendaval se reflejaban sobre sus débiles manos. Todo eran sombras y luces. De lo borroso se pasaba a lo nítido. Solo había que parar a fijarse. Eso era lo que le había faltado durante tanto tiempo. Ahora la veías sentada, casi sin hacer ruido. Parpadeaba, pero casi ya no tenía fuerzas para hacerlo. Con su jersey de lana, su favorito. El que le regaló su abuela al cumplir los 8 años. Del que nunca se separaba. Tenía los ojos mojados, el rimel se le había corrido y una mancha oscura recorría sus pómulos.Se había pasado toda la noche con lágrimas y en la habitación se sentía el olor fuerte de algo más. Sin duda, había estado fumando, como de costumbre. Ya era fácil pensar que las cosas no tenían remedio. El tiempo pasaba, ya había perdido la cuenta de los meses en los que sus noches eran un desperdicio. No servía de nada apagar y volver a encender cigarros, sin embargo, no podía evitarlo. Se había convertido en una obsesión, parecía no poder vivir sin ello. El humo gris que invadía el recinto, las cenizas tiradas por el suelo. ¿Qué tenía todo aquello? Nada. Eso era lo raro. Porque nada se arregla desperdiciando tu vida. Al igual que una vela no se enciende si no llevas un mechero. Pero ya no servía de nada intentarlo, ya había perdido todo por lo que merecía la pena luchar. Ya no se agarraba a nada. No podía revivir los momentos por los que había pasado. ¿Hacía cuanto que no escuchaba su risa? Tal vez habían pasado meses. Ya nada ni nadie se acercaba a contemplarla a su ventana. Pero no se podía tener todo. Tan solo el interés por saber cómo les iría a sus antiguos compañeros. Esperaba que la vida les vaya mejor que a ella, o tal vez lo contrario. Solo sabe que nada cambiara, nada será como antes. Da una calada a su cigarro, tose un par de veces y lo apaga en el cenicero de cristal. En seguida recurre a otro antes de que los recuerdos le atormenten más. Lo mira atentamente, no parecer ser nocivo, pero lo es. Escucha el sonido del silencio. Y de un golpe, se levanta. Intenta aguantar de pie y con asco, lanza todos los cigarros contra la chimenea, allí se quedarán. Sintiendo asco hacia ellos mismos como ella tantas veces ha sentido. Porque ahora se ha deshecho de lo que le atormentaba. Y ya no sabe qué más hacer, porque sabe que ya ha perdido las esperanzas de que la vida le ayude, pero al menos, está intentando recuperar su vida. Los principios empiezan cuando los finales se olvidan. Por eso, no vale volver a recordar. 


miércoles, 11 de septiembre de 2013

La librería y el cartel de Cazadores de sombras

¡Hola holaa! Sé que no os tengo (tenemos) acostumbrados a que escribamos entradas sobre nuestra vida, historias trascendentales o pensamientos tontos como los miles que se me están pasando por la cabeza ahora mismo xD Pero me apetecía escribir algo, y como la inspiración ha decidido irse de mi cabecita de vacaciones ahora que se acaban (la muy jodida), pues escribo sobre lo que ha pasado estos poquitos días (lo poco de lo que haya importancia).

Estos días he quedado con Chic-girl y Topi por las tardes, ya que vivimos cerquita, y Chic-girl estaba deseosa de ir a una tienda de libros de segunda mano. Así que buscó en Internet y encontró una que estaba cerca de donde habíamos quedado, así que fuimos. Nos perdimos por las calles (bueno, yo me perdí, es que mi sentido de la orientación es pésimo. Se suponía que había pasado miles de veces por allí, y yo ni me acordaba -.-'), y, ¡la encontramos /la encontraron! Nos metimos dentro (era muy, muy, muy pequeñita pero a mí el ambiente me encantaba, no sé). Era todo libros antiguos, ensayos de nosequé según Topi. Yo ahí, admirando los lomos (porque antes los libros no tenían portada con ilustración), en la parte en la que no había nadie, porque éramos las únicas jóvenes (¡que vergüenza!). Y de pronto las dos pavas empezaron a decir gesticulando con los labios "¡vámonos!", creo que les daba más vergüenza que a mí xD Así que salimos y nos fuimos a las librerías del centro y me compré Los días que nos separan, de Laia Soler, y Chic-girl se compró Por trece razones, de Jay Asher. Y todos happys :D
La verdad es que la experiencia me gustó mucho, me gustaría ir a otra :)

Y bueno, que me apetecía escribir algo y esta era la experiencia más próxima más digna de contar xD También nos sacamos fotos delante de un cartel de Cazadores de sombras, pero mejor no digo como posamos jajaja Por las nefilims y tal (que a ver, yo no tengo nada en contra del libro, pero lo que dice Chic-girl va a misa, y si dijo que no le gustó, es que no me va a gustar). Pero veré la peli :D

Y esto ha sido todo, ¡besos!



lunes, 9 de septiembre de 2013

Lo grande que era todo para una enana como ella

Noche oscura, un aliento gélido en la nuca. Suenan los violines, tristes, casi sin pasión. Emiten sonidos que la luna nunca podría haber soportado. Pero sí. Aquella noche la luna escuchó sin parar aquel semejante espectáculo. Con amargura de la noche de invierno, escondió entre sus montañas de arena lo que sentía.
Y entonces, la niña rubia con trenzas, la que llevaba a su espalda su peluche, su muñeco. Caminaba por todos los lados cantando, como siempre hacía, las canciones de su mamá. Porque eran suyas, ¿no? La madre se sentaba con las piernas cruzadas sobre el sofá, bebía un poco de té, acurrucaba a su hija junto a ella y comenzaba a cantarle. Podía parar miles de veces a descansar, sin embargo, no se cansaba nunca. Su sonrisa casi parecía estar pegada para siempre sobre su boca, pues no desaparecía. Los ojos brillantes casi eran del color de la miel pero si te fijabas más atentamente, nunca llegaban a serlo. Letras con sabor a lágrimas, canciones con un significado directo, dolor en cada palabra. Buscaba un escape a otro mundo, pero no lo encontré pues solo hay un mundo y es este. Aquella madre perdió el sentido de la vida, sin rumbo, guardando bajo llave lo que sentía. Minutos de amargura, de silencio, aprendiendo que también se llora de alegría. Se llora. El color de las paredes se ennegrecía con el tiempo, las horas pasaban y la música no cesaba. La niña pronunciaba poco a poco cada palabra aprendiendo correctamente, como su madre le había enseñado. Sintiéndose débil entre la espesura del bosque, corriendo libre mientras las ramas se pinchan en sus piernas y le rozan. Las heridas pronto empiezan a sangrar. Como siempre, nunca hay nadie que le cure. Ella misma. Sola. Qué triste. El viento zarandea las hojas de los árboles como si bailaran al son de la música. Del silencio del bosque. Pasa un coche por la carretera, o tal vez eran dos. Sí, efectivamente, se había equivocado, no eran dos. El tercero de ellos circulaba unos metros por detrás que los demás, no hacía ruido, era casi invisible. Invisible para una niña de su edad. Corriendo, el conductor intentó frenar. Una punzada en su débil cuerpo y una pequeña lágrima, hasta que el conductor, aterrado, daba marcha atrás con el vehículo y huía de allí. Cobarde. Más que cobarde.
La luna ya no estará llena para siempre, los violines tampoco entonaran de nuevo una canción, aquella niña ya no escuchará a su madre de nuevo. En otro lugar de la ciudad, una adolescente llora porque acaban de dejarlo después de un mes de abrazos y risas. Mientras que, sin que nadie se de cuenta, otros acaban de empezar lo que les dará sentido a su vida durante unos años. Rutinas y más rutinas, hasta que un día, un cambio lo decide todo.




jueves, 29 de agosto de 2013

Crónicas de una fumadora #1

Nada. Eso es lo que me pasa. Que no me gusta reír porque tampoco sé llorar, y hacer alguna de las dos cosas descompensaría la balanza entre la felicidad y la tristeza. Y muchas lágrimas son malas, pero muchas risas también, porque es imposible sonreír si antes no te has lastimado. Una vez creí que no podría parar de reír. Tenía ocho años y, esos minutos en lo que me dolía la tripa de tantas carcajadas los echo de menos. Entonces era una ingenua, pero por aquel momento yo me creía bastante mayor y bastante alegre era yo. Oh, cómo nos cambia la vida. Al día siguiente, seguía en mis ocho años de inocencia, mis amigos no me llamaron para que jugara con ellos. Me sentí traicionada, apenas sabía nada de las tragedias que ocurren por todos lados como para no llorar por esa desgracia que me acababa de ocurrir. Y mis amigos no me llamaron ese día. Me llamaron un día después. Así que, nada. No me pasa nada.

Hace poco decidí que dejaría de fumarme todas esas mierdas y me fumaría un cigarro. Pero una no puede encender un cigarro sin mechero, igual que uno no puede gritar si es mudo o abrazar sin motivo. Mi problema es que quiero abrazar, pero no me molesto en encontrar el motivo. Estoy cansada de hacer las cosas pensando, es una estupidez. Y yo no me consideraría estúpida hasta que pasaran otros ocho años y dijera "cuando tenía dieciséis... que ingenua era", porque estoy segura de que es una especie de círculo vicioso en el que te sientes obligada a hablar mal de tu yo de hace unos años. Así que me he comprado un mechero con el que prender fuego a todo, incluido ese cigarro.

Y ahora ya no queda nada, salvo mi desinterés por todo y por nada. El maldito cigarro se ha caído de mi mano a la hierba húmeda y yo no me preocupo por recuperarlo, ni pisarlo, ni soltar el humo que está atrapado en mi garganta. Como mis palabras, nunca salen cuando quiero. Pero en este momento, he gritado. Y no he gritado ni de impotencia, ni de felicidad, ni de hastío ni nada parecido. Ha sido uno liberador. ¿Por qué liberador? Porque hasta ahora yo no era ni triste ni feliz, y he descubierto que lo que soy es una chica estresada.

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¡Hola a todos! Las vacaciones ya se van acabando, y con ellas mi vagancia, así que me he propuesto escribir más. 
Espero que os haya gustado la entrada, y si habéis visto el título tal vez os preguntéis, ¿por qué está numerada? Bueno, Chic-girl y yo hemos escrito una entrada inspirándonos en la foto de arriba, y hemos decidido publicarla en distintas entradas. No tienen nada que ver la una con la otra, ni tiene que ver con nosotras, es totalmente ficticia, no tiene nada de real. Sólo lo hemos hecho nosotras dos, pero si alguna del resto de escritoras se apunta, tal vez haya una tercera parte y así. La verdad es que la de Chic-girl está muy bien, os dejo con la intriga (que mala soy...).
¡Espero que hayáis disfrutado con este relato!
Besos,

sábado, 24 de agosto de 2013

Que me mojen


Las olas se agitaban bruscamente en el enrarecido mar. Mis piernas se balanceaban en el aire, yo sentada en lo alto del acantilado, sin pensar en que un pequeño movimiento en falso me precipitaría a una muerte más que segura. El viento rugía y me azotaba el cabello castaño enmarañado, pero si cerrabas los ojos no te fijabas en los detalles como que la roca arañaba la parte inferior de mis muslos o que el olor de lluvia inminente era cada vez más potente. El problema es que a veces hace falta abrirlos. Y no sé si abrirlos será bueno o malo, tal vez me empiece a quejar de mis arañazos, me levante y me marche, tal vez vea las olas tan altas que me mojen la planta de los pies y tenga frío, siempre me pongo en el peor de los casos, esta vez ha sido la excepción.

Abro los ojos. Unas nubes negras como el azabache se yerguen sobre mí, dispuestas a empaparme. <<Que me mojen>>, pienso. No hay ninguna sensación mejor que esta, ninguna. Es la sensación de libertad. Tal vez alguien lo viera como soledad, una chica sin lugar a donde ir bajo una lluvia torrencial y sin nadie que le tienda su abrigo para cubrir sus brazos desnudos. Esa sería la peor sensación que se podría sentir allí. Pero yo me sentía libre, libre como para bailar bajo la lluvia aunque fuera un baile de dos y solo hubiera uno, libre como para gritar de puro alborozo solo por sentirme como me siento.

La lluvia empieza a repiquetear sobre mi cabeza. Me gusta su sonido. Me siento en una escena de la típica novela de amor, solo que sin el chico enamorado que me encuentra toda mojada y me tiende un paraguas bajo el que nos besamos y me lleva a su casa para besarnos aún más. Tengo las dos opciones, la de salir de ahí o ganarme un constipado. Me quedo con la de soñar despierta, mientras las olas se rompen, al igual que mis lágrimas de alegría. 
Noviembre.

sábado, 3 de agosto de 2013

Tal vez si existiera...

Bajo la mirada y descubro un pequeño sobre, está medio abierto, húmedo y lleva manchas de un tono gris. Esas lágrimas ya están secas, se han quedado en el sobre como señal de recuerdo. Dentro del sobre no hay nada, más que hojitas de papel arrancadas en pequeños trozos. Parecen haber sido rasgados con fuerza y con odio. Apenas hace sol, a pesar de ser verano, las nubes del cielo están totalmente acumuladas unas sobre otras y no tienen un color muy claro. A lo lejos del largo y estrecho camino, logró ver una chica montada un caballo. Lleva un cuaderno, lleno de cartas, lleno de palabras con una caligrafía parecida a la de un niño. Corro hacia ella intentando que me ayude a terminar el camino. Sin embargo, ella no me oye, ella tan solo me ve como una luz. Al igual que los pájaros, al igual que la luna y el agua. Todos mis sentimientos quedaron escritos en aquella carta sin destino. Sabía que nunca terminaría en manos de nadie que pudiera leerla. Tenía que distribuirla y mostrar al mundo lo que sentí por ti. Sabía que aquellos besos serían los últimos, creí que podíamos formar un infinito, pero no todos los infinitos son tan grandes. Sumergida en lágrimas que me ahogaban, sentía el impulso de caer en el vacío, mis piernas empezaron a sentirse débiles y allí floté tímidamente entre las nubes. Sentí que la libertad que todos buscamos, estaba allí, lejos de la vida. En un lugar paralelo a este mundo, donde las sogas que habían puesto sobre mí, se convertían en simples pulseras con un suave tacto.
La libertad siempre está lejos, estaría más cerca si existiera

domingo, 28 de julio de 2013

Titanic

Crochet Women Sun Hat With Wide Brim Accepting Custom Order on Luulla
Uno en cada lado del pasillo. La chica apenas le miraba, el otro no podía apartar la vista de ella y de su aparente perfección, esa de la que todos se fijaban. Su pamela se agitaba de un lado para otro gracias al viento, que tras días de descanso volvía causando pequeños estragos en las faldas de las jóvenes, cubriéndole los ojos. Lo que no sabía era que tras aquel sombrero enorme, las miradas furtivas no cesaban. El chico, apesadumbrado, se metió las manos en el bolsillo, mientras la dama de la pamela cambia de dirección su cabeza, hacia el hombre con el que hablaba y al chico nervioso del otro lado del pasillo. El chico se dio la vuelta. <<¿Eres estúpido o qué?>> se reprendía a sí mismo <<Ella no merece nada que tú tengas>>. El joven se negaba a aceptar que todas las anteriores noches que pasó en ese crucero de ensueño las había pasado con ella, entre los recovecos de cada habitación. Sólo que cada vez que cruzaban la puerta entre los cuartos y el mundo real, estaba aquel abismo que les separaba. Aquellas diferencias sociales que existían por alguna razón, mientras los poderosos se regodeaban de su dinero y a los pobres les bastaba poco para ser felices (a veces se preguntaba cuál de las dos opciones era mejor). El chico se dio la vuelta. La pequeña heredera de una gran fortuna, también. Sus ojos no pudieron evitarse, imposible. El color avellana de él y el risueño azul cristalino de ella. Él comenzó a andar, ella a correr. Él hizo una tímida mueca de felicidad y ella sonrió involuntariamente, enseñando esa hermosa sonrisa que poseía. Y en ese instante, bajo el agua helada del crucero que se ahoga, aquel beso acortó todas las distancias que el dinero podía imponer.

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¡Hola, personitas! Ésta entrada está inspirada en la historia del Titanic, y en que me acabo de leer Aguas oscuras, que estaba ambientado en el Titanic. He estado desconectada de todo lo que Blogger se refiere, pero he seguido escribiendo, a lo mejor alguna entrada llegue a traspasar las hojas de mi cuaderno a una entrada ^^ Intentaré responder aquellos comentarios que requieran respuesta o dignos de comentar sobre la entrada :) 
Feliz verano, ¡que aún no ha terminado!

miércoles, 24 de julio de 2013

Por suerte, ya no me pertenece

Su voz sonaba convincente, como los pájaros que se posaban en la ventana cada mañana para alegrarle. Al igual que el mar, totalmente transparente. Nos habíamos convertido en un cuerpo sin interior. No pensábamos igual, nuestros defectos nos hacían más enemigos. La aceptación nunca ocurrió, quisimos ser iguales y perfectos cuando nada de eso existe. Los párpados amenazaban con cerrarse pero no podían, en aquella cama, sentada con la piernas cruzadas, encontré o que nunca había supuesto. Abría la caja donde dentro se encontraba una carta, sus lágrimas rodeaban el sobre y una parte de sus sentimientos estaba allí. Con solo abrir el sobre podría haber adivinado lo que pasaba por su interior, pero sabía que la tristeza solo puede solucionarla uno mismo. No descubriría sus sentimientos, no quería hacerlo. Estaba mal meterme en lo que no es mío y afortunadamente, esa tristeza no me correspondía. Por suerte, ya no.

lunes, 22 de julio de 2013

Carta en una botella

Caminaba tranquilamente por la playa cuando me encontré una botella. Sin saber muy bien que hacer la cogí. El papel del interior estaba algo deteriorado por el tiempo. Se encontraba enrollado con cuidado dentro de la botella de cristal. Mis manos se deslizaban delicadamente rozando el cristal. Quité el corcho y saqué el papel del interior de la botella. Lo desenrollé poco a poco con miedo a romperlo. La hoja había sido escrita con una pluma hace bastante tiempo. Leí sin problema lo que decía el papel, ya que estaba escrito con una magnífica letra. Cuando acabé de leer la última palabra, una lágrima resbaló cayendo a la arena. Volví a enrollar la hoja con sumo cuidado y la introduje por el cuello de la botella. Coloqué el corcho y lancé la botella lo más lejos que pude, como indicaba la carta. Observé como la botella se iba alejando. Esperando encontrar a la próxima persona que leyera la carta.
Angelics

 

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viernes, 19 de julio de 2013

¿Quién lo diría?

Un lienzo, pintura, pinceles, paleta. Ya lo tenía todo. Podría empezar mi obra de arte ahora mismo. Menos por el pequeño problema de que solo tengo pintura blanca. ¿La academia de arte podía ser más ridícula? ¿Cómo pintar sobre un lienzo blanco con pintura blanca? Cada vez que recordaba las indicaciones del maestro más estúpidas me parecían. No se me daba nada bien pintar y encima me ponían un ejercicio imposible. Bueno, se supone que se me daba bien y yo disfrutaba, pero me horrorizaba observar mis cuadros. Empecé a pintar, pero no se veía nada. Volví a pensar en las reglas que había que seguir. Pintar sobre el lienzo únicamente con pintura blanca y utilizar las técnicas aprendidas en clase. Genial. Nada. Ni una idea. Parecía más un enigma que artes plásticos. Y me llegó una idea. No especifica el color del lienzo. ¡Como  para no darme cuenta antes! Si no fuera porque me corría prisa me habría dado de bofetadas. Fui corriendo a la tienda y compré uno azul. Me encanta el azul. Llegué a mi casa y me puse a pintar. Al final saqué un diez. ¿Quién diría que solo había que cambiar tu forma de ver las cosas para solucionar los problemas?
We are young.

martes, 16 de julio de 2013

Todo acaba desapareciendo

Respiraba tranquila, las voces de aquella habitación no le afectaban para nada, sonaban de forma inhumana, casi podía percibir que no eran reales. La imagen reflejada en el cristal parecía transparente e invisible. Aquello no era real, sentía las pulsaciones fuertes en su interior. La cabeza le daba vueltas, las piernas le empezaban a fallar. Poco a poco, su cuerpo se derrumbaba, pero sus sentimientos ya lo habían hecho hace mucho tiempo. Las ventanas estaban cerradas y la soledad que le venía atormentando desde hace mucho, se volvía a plantar ante ella. Se tapaba los oídos e intentaba convencerse de que todo aquello era mentira. Pero a veces, ceñirse a la realidad es lo más simple y lo más fácil de todo. Son tantas voces con nombre, escondidas en los rinconces de tu mente.
Aquellas que nos destrozan los sueños e ilusiones. Al fin y al cabo, somos nosotros quienes ponemos en duda lo fuertes que somos. No hacemos más que enfrentarnos a las críticas que la mente nos grita. Las que se nos graban y se nos quedan clavadas como dardos. Cada flecha es una herida con veneno pero duele más cuando eres tú quien las lanza. Y van a clavarse a tu propio cuerpo, desmoronándote poco a poco, hasta que las heridas empiezan a sanar.

lunes, 8 de julio de 2013

Más allá de lo que solemos pensar

La chica andaba tranquilamente con cierto nervisosismo en su mirada de ojos grises. De vez en cuando, pronunciaba unas palabras que se quedaban en un susurro. Sus manos estaban colocadas en sus bolsillos de forma inquieta. Caminaba por entre las sombras de las calles más antiguas de la ciudad. Miraba a ambos lados y no muchas personas le dedicaban una sonrisa, ni siquiera una mirada. El mundo se había parado en ese momento, creía que en aquel barrio, no había vida, ni las farolas se encendían. Ya era tarde, ella era la única que sabía mirar más allá del físico de las personas. Podía entender los sentimientos de alguien con solo mirarle a los ojos. Podía saber la situación por la que pasaba una familia con solo sonreír al niño pequeño. Todo se componía de gestos, miradas y situaciones.
Ella era silenciosa, seguramente, nadie se había dado cuenta de su presencia, sin embargo, salir sola le inspiraba, podía ver mucho en solo una esquina o en una pared. Creía que cada objeto tenía una historia digna de conocer.
No solía hablar con nadie, la soledad le hacía verse invisible pero tranquila, sin embargo, ella también mostraba sus problemas  y dudas. Lo hacía de manera dustinta, se sentaba a observar los paisajes y allí, hablaba horas y horas. Los pájaros le cantaban, el viento le mostraba situaciones y el agua le reflejaba momentos. Ninguno le respondía a pesar de hablar, ellos solo le ayudaban o lo intentaban porque la única respuesta era pronunciada con sus palabras ya que nadie le iba a entender mejos que ella misma...
                    Sin embargo
    ¿la soledad nos ayuda a pensar?

Tan lejos...

Ya no puedo ver la sinceridad de tus palabras, ya que se marchó hace ya bastante tiempo. Sin embargo, puedo apreciar como te escusas. Puedo notar como tu corazón  te abandonó, porque se estaba muriendo en tu cuerpo. El sol desapareció y la tormenta ocupó su lugar.
Las lágrimas regresaron después de tanto tiempo. La soledad invadió tu cuerpo sin que pudieras luchar contra ella. Tu fuego interior fue extinguido.

Alívio Imediato | via Tumblr


Te fuiste yendo con el viento, hasta que no se te pudo ver en el horizonte. Conté lo días que faltaban para que te fueras, como quien cuenta estrellas.
Mi sonrisa fue cambiando con el tiempo y acabó por convertirse en una mueca de dolor y sufrimiento. Cambiaste, o simplemente maduraste. Se te olvidó todo lo que pasamos. No recuerdas las risas y momentos juntos, no recuerdas la felicidad que hemos sentido. Ahora te has marchado y estás tan lejos y ya nunca podré saber si has cambiado.
Angelics