viernes, 29 de marzo de 2013

Fantasías encerradas en frascos

 Me encontraba sentada en un banco, en las afueras de la ciudad. Ya no se escuchaba el ruido de las fábricas, ni de los coches, ya no sentía el humo en mi garganta. Respiré hondo un par de veces, suspiré y miré al suelo. Allí no ocurría nada, todo estaba silencioso y con un olor de perfume que no sabía de donde podía venir, pensé que no había nadie más allí pero alguien se sentó a mi lado,  de sorpresa y sin esperármelo pero alguien había parecido. No pude sonreírle, no le conocía. Llevaba una camiseta multicolor y unos pantalones vaqueros, sentía que el mundo se me tragaba a su lado, pero él no me dijo nada, tan solo dejo un frasco vacío de cristal y se fue andando, por el camino de rosas. Me quedé otra vez sola, sin esperar ninguna respuesta a mis preguntas. No sabía qué había pasado. Me di cuenta de aquel frasco transparente que había dejado y entonces, comprendí todo. Lo cogí con las dos manos, con cuidado, sin producir apenas ruido y sin dejar de mirarle. Noté que dentro del frasco se movía algo. Acerqué mis ojos hacia él y lo vi. Había magia dentro de ahí, eran animales paseando entre hierbas, otros bebían y se bañaban en los charcos y en los lagos. Pude respirar la fragancia de cualquier perfume moderno, pude ver parejas escondidas detrás de varios arrecifes de coral. Cada esponja, cada persona y toda la magia flotaban en aquel mar de fantasía. Deseé estar allí, bajo todo tipo de especies y viviendo el amor verdadero, como muchas personas lo hacían, quise dejar de mirar. Mi ojos se empezaban a cansar pero no podía salir. Lo intenté pero no lo conseguí, entonces, noté cómo aquel chico que había dejado aquel frasco mágico, se acercaba hacia mí y pensé que quería salvarme o tal vez, darme alguna explicación pero lo único que hizo fue cogerme y lo comprendí todo. Ahora yo era aquel frasco que se encontraba posado en una de las rocas del mar y todo lo que podía ver era la realidad. Solo oí una voz en mi cabeza. Fue la última que oí y la única que pude sentir de verdad antes de que me petrificara y mi alma se quedara incrustada en aquel frasco mágico.
¿Acaso no era eso lo que querías, vivir lejos de la realidad, no querías un mundo de fantasía?
 

Todo fue quemado

 La oscuridad de la noche cubría mi rostro y mi cuerpo. Mis labios temblaban, mis pestañas se encontraban caídas y sin fuerza. Mis ojos ya no brillaban. Todo se sumía en un inmenso silencio del que me quería ir. Tan solo se oían las voces de algunos perros que ladraban mucho más lejos. Estaba viviendo detrás de una reja, no había nadie más que yo. Aquella sensación llevaba el nombre de soledad. Sentía punzadas en mi pecho y mi corazón palpitaba rápidamente, sin descanso. Tampoco había luz, me sentía ciega, no veía nada. Delante mío había unas rejas que se movían lentamente y produciendo chirridos que me producían escalofríos, estaba completamente encerrada. No había salida, ya nada era multicolor, la vida se había convertido en un pozo sin fondo. La vida ya no era tan bonita como antes, ya no existían las verdades. Había vivido en una mentira. Todo el tiempo. Ahora me despierto con la nueva vida  y tan solo veo el mundo con soledad, oscuridad y desamores. Ya nada vale la pena, no se puede confiar en alguien para siempre. Hay que andar lentamente y con cuidado dejando que las personas te demuestren su valor con hechos, no con palabras. Muchas veces nos dijeron te quiero cuando nunca fue verdadero. Siempre nos prometieron ilusiones que nunca se cumplieron,  nos dedicaron miles de piropos que nunca nos convencieron. Tras aquel mundo paralelo en el que había vivido pensé en dejarme caer, pero sabía que la vida es larga. Que los peores momentos no viven para siempre. Me agarré bien fuerte a sus brazos y quemé los recuerdos amargos y pesados del pasado. Me acerqué lentamente y posé mis manos junto al fuego, las llamas no me quemaban, me producían calor y se convertían en brillos de diferentes colores, pero en aquella hoguera, el calor se extendía por cada recuerdo, lo aplastaba y lo quemaba por dentro hasta que solo se encontraron las cenizas esparcidas por el suelo, aquel olor característico de lo que nunca se podría volver a recuperar inundaba la habitación que también ardía en llamas. Había esparcido el fuego por todo, ahora él era quien tenía el poder. Recorría a grandes zancadas la habitación entera y yo colocada en el centro de ella, aun podía respirar. Quería que todos los recuerdos se esfumaran y aquella habitación estaba llena de esos recuerdos. Ante mis ojos, contemplaba la manera en la que se deshacían con lentitud. Antes de que el fuego llegara hasta mí, pude encontrar la puerta de salida y cuando el fuego derrumbó lo que quedaba sin quemar, abrí la puerta y dije un adiós a todos aquellos momentos que jamás podrían recuperarse pero no querían recordarse.
No se puede vivir encerrada en un pasado
 
 

martes, 26 de marzo de 2013

El significado de la palabra "corazón"

Corazón (Según un diccionario): Órgano de naturaleza muscular, común a todos los vertebrados y a muchos invertebrados, que actúa como impulsor de la sangre y que en el hombre está situado en la cavidad torácica.

Corazón (Según mi punto de vista): Extraña cosa indefinida que, por mucho que lo intente nunca voy a llegar a comprender. Eso que hace que cuando estés cerca no pueda respirar y me ponga muy nerviosa. También te hace sufrir fuertes palpitaciones. Y cuando te alejas, parece que deja de palpitar, que me ahoga y se me encoge, se me rompe en mil pedacitos imposibles de recoger. 

Eso es un corazón. No está sujeto a las leyes, es totalmente libre y hace lo que quiere, tenga o no consecuencias.

Para nuestro corazón hay múltiples infinitos significados.


¿Qué significa para ti la palabra "corazón"?

domingo, 24 de marzo de 2013

Encontré una carta, era la tuya

En aquel buzón encontré una carta, la tuya.
Dejaste una carta llena de recuerdos en mi buzón, tenía tu aroma, tu preciosa mirada, tu sonrisa escondida y tus palabras mudas. La acaricié durante varios minutos hasta que me vi preparada para abrirla pero no pude hacerlo. El sobre estaba roto, aquella carta tan deseada se había esfumado, ya no estaba. Pero ese día, no me di por vencida, quise ir en busca de lo que me pertenecía, quise saber la verdad de todos nuestros besos y caricias. Me puse la ropa que llevé en nuestra primera cita, quería revivir el momento. Enfundada en aquella ropa salí a la calle, aferrándome al único deseo que me quedaba, tu carta. Era la tuya. La lluvia ya empezaba a recorrer las calles, ya todo se volvía gris, ya nada tenía color. Pisaba los charcos, cada vez lo hacía con más fuerza hasta que el miedo me atrapó por completo. Esa carta había sido perdida, al igual que te había perdido a ti. Para siempre. Aquella tarde bajo la pálida luz del sol, bajo las nubes grises y algún que otro pájaro. Me senté en la acera, esperando a que alguien apareciese. Con sus recuerdos en mi mente, reviviendo aquellos momentos, sentí escalofríos y supe que ya no había nada que hacer. Volví a casa, sin paraguas. Mojada y húmeda por todos lados. Otra vez, pasé por aquel buzón vacío pero lo que yo no descubrí fue que la carta sobresalía de una de las esquinas. Nunca se perdió. Pero yo sí que te perdí, ya no me quedaron tus recuerdos, tan solo me quedaron historias llenas de nostalgia que una tarde de invierno pude contarle a aquel nuevo chico del que me había enamorado. Ahora, me parecía una pérdida de tiempo recordar aquel amor pasado pero en aquel momento, cuando ocurrió, sentí que me caía en un pozo sin fondo y encerrada en aquel chico supe que nunca lo superaría. Por mucho que intentase ocultarlo, él ya no estaba. Aquel primer chico que se me había clavado en el corazón, ya no podría salir de él, por mucho que que lo intentase y por mucho que fingiese que sí que estaba fuera, que tan solo era un simple recuerdo sin importancia, en realidad era mucho más, él ya no podría salir de mi corazón. Nunca.
Años más tarde recogí esa carta, tu carta.
NUNCA DIGAS UN FIN A NADA, NUNCA PIENSES QUE HABRÁ UN FINAL, NUNCA DEJES ESCAPAR A NADIE, NUNCA OLVIDES QUE TE AMÉ, Y QUE AL IGUAL QUE TÚ, YO TAMBIÉN RECUERDO LO QUE FUIMOS AQUELLOS MESES. ERAMOS MÁS QUE TÚ Y YO, ERAMOS ILUSIONES Y SUEÑOS. PERO NUNCA DEJAMOS DE SER SIMPLES ADOLESCENTES QUE SE AFERRARON A LO QUE TENÍAN, PERO NUNCA DUDES QUE ESTO AUN NO HA ACABADO, PUES NINGUNO HA DICHO UN FIN. Y NUNCA LO DIGAS, TAN SOLO DEJA PASARLO. A MÍ TAMBIÉN SE ME CLAVÓ TU AMOR Y CUANDO RECIBAS ESTO, NO SÉ SI YA TE HABRÁS OLVIDADO, PERO QUIERO QUE ME RECUERDES . EN ESTA CARTA NO HAY NINGUNA MENTIRA, FUISTE TÚ. NO RESPONDAS, NUNCA LO HAGAS. EL VIENTO SE LLEVARA ESTAS PALABRAS PERO TÚ LAS RECOGERÁS ANTES DE QUE SE VAYAN Y LIGERAMENTE SE TE CLAVARÁN EN EL CORAZÓN, ESTE ESCRITO SERÁ LA PRUEBA DE QUE NUNCA SE ACABÓ Y A DÍA DE HOY, AUN NO LO HA HECHO. MIRA ATRÁS PERO SIGUE ADELANTE.

 

LA PERSONA QUE NUNCA OLVIDASTE.

 
Agarré con fuerza aquella carta y como él me dijo, me las clavé en el corazón, con una pluma empecé a escribir, en el pecho y aquellas palabras que él escribió se quedaron marcadas para siempre, en ese lado del cuerpo, en el corazón.
 
 

sábado, 23 de marzo de 2013

Tu chica ideal

Hola. Sí, soy yo, esa chica con la que te sentaste en el autobús por casualidad. Tal vez pensaste que el asiento estaba vacío, y no precisamente porque aquel día no fuera vestida para la ocasión. Quería decirte que desde aquel día no pude olvidarme de tu mirada. ¿Tú te acuerdas de la mía? Una pregunta, esa chica con la que te vi ayer, ¿quién era? ¿Tú chica ideal? Tu chica perfecta no necesita llevar un corto vestidito para ser guapa, le basta con llevar su sonrisa. La chica de tus sueños no tiene por qué llevar tacones y enseñar pierna, puede cubrírselas con unos vaquero y llevar unas cómodas deportivas. ¿Te conquista más una chica bailando bajo las luces y la música ruidosa de una discoteca, o aquella que baile sobre las hojas otoñales con el suave repiqueteo de la lluvia? Y ahora que te lo estoy diciendo, ¿crees que podría entrar en tu definición de "tu chica ideal"?

Entre libros y palabras, también me encontré con música

Mi cuerpo se encontraba totalmente recto, mi espalda se apoyaba en la suya, mis manos lograban llegar a tocar el cielo, mis cabellos rozaban los suyos con delicadeza. Flotaba en una nube, con él a mi lado, con sus ropajes masculinos y con sus ojos avellana, sentía total inseguridad, no conseguía tranquilizarme. Mis nervios empezaron a recorrer todo mi cuerpo, aquella figura tan recta que siempre me caracterizaba había empezado a flojear, todo había empezado a temblar. Todo podía derrumbarse en aquel momento, aquella forma blanquecina parecida a una nube me tragaba por momentos, me hacía sentir mil sensaciones, pero él seguía igual de rígido. Entonces noté aquellos pájaros llenos de letras, que flotaban por el mundo regalando sueños. Sentí la mirada de uno de ellos en mi nuca, y me acerqué a él. Le ofrecí mi mano y me agarré con suavidad a sus páginas, surcábamos todos los lugares a los que nunca había podido ir, subíamos y bajábamos montañas y universos. En ese momento, me sentí completamente segura de mí misma, con un poder sobre todos los personajes que se habían adentrado en mi vida, estaba flotando entre palabras, no entre nubes. Había sentido cómo las palabras se me habían tragado. Y tal vez fue por eso, por lo que  desapareció. Él ya no estaba allí, él no sentía las ganas de poder adentrarse en otro mundo. Aunque  tal vez sí que lo hiciera. Mientras surcaba los cielos con aquel libro que me había acompañado, noté la presencia de otra cosa muy poderosa. Eran también palabras, que salían de una voz femenina, eran palabras cantadas con un sentimiento que las acompañaba, era música. No podía parar de escucharla, era mágica, se adentraba en cada rincón de mi cuerpo, no me producía rasguños, tan solo producía sentimientos, era poderosa y en ese momento, puede que alguien pensase que estaba sufriendo, pero  me liberé por completo, mis lágrimas se desparramaron por mis ojos como cascadas cristalinas y volví a notar su presencia. Me miraba desde lo más lejos, recorría mi cuerpo y antes de que pudiese escapar, me agarró con fuerza y volví a adentrarme en otro mundo de letras, otra vez me había agarrado con fuerza para no dejarme escapar, otra vez había vuelto a hacerme leer sin parar pues otro mundo nuevo había aparecido y tenía que adentrarme en él para comprender otra historia más en un mundo de papel.

Flotando entre palabras
 
 


viernes, 22 de marzo de 2013

Lo que de verdad importa, lleva su tiempo

Una noche como tantas, con sus árboles sonrientes en dirección a la luna, con los pájaros silenciosos posados en algún árbol y miles de sonrisas en dirección a quien les atraía de verdad. Cientos de adolescentes bailaban al son de la música de aquella casa, todos, menos dos. Esos don andaban perdidos por el lugar, vagaban por la noche sin saber a donde dirigirse. Sin saber por qué.

ELLOS NO SE ABURRÍAN, SE QUERÍAN ALEJAR DE AQUEL ENSORDECEDOR RUIDO QUE TANTO HABÍAN ESCUCHADO EN SUS VIDAS.

Nunca huyes de dónde te pertenece estar

  Querían encontrarse inesperadamente, chocándose con un árbol, pero no de una manera cualquiera.

Ellos querían andar tranquilamente por los senderos, con las manos en los bolsillos, sin molestar. Querían apartar las miles de ramas de los árboles para que no les taparan el paso y en una de aquellas ramas encontrarse ,de sorpresa.

Querían volver a encontrar a aquella persona que les había hecho felices en sus días, pero lo que de verdad no sabían era que no necesitaban amores antiguos para sentirse enteros.

Ellos necesitaban recuerdos nuevos, recuerdos que permanecerán en su mente como tantos otros, pero algo cambiará. Aquellos recuerdos habrán aparecido en su mente como nunca más lo habían hecho.

Pues aquellos recuerdos eran los que de verdad habían sido vividos.

"LOS MOMENTOS QUE MÁS SE VIVEN SON LOS QUE DE VERDAD MERECEN LA PENA RECORDARLOS"

Aquellos dos que se sentían solos esa noche de invierno, no se encontraron. Sus caminos nunca se cruzaron pero eso significó que su deber era ir con los demás, dejar de sentirse solos en el mundo, dejar de pensar cuándo llegara el momento en el que de verdad ocurrirá, aquel beso esperado.

Aquella princesa o príncipe

¿Cuándo llegarán?

Deja de suspirar por esos momentos, deja de preocuparte por esos momentos, deja de pensar en ellos porque todo ocurrirá en el momento indicado, por eso, olvídate. Todo ocurrirá de repente, cuando menos lo esperes. Tan solo tenemos que saber esperar al tiempo.


 


¿Entonces?

Te encuentras una carta en tu buzón, especialmente dirigida a ti, cosa que no suele pasar a menudo. No lleva ni sello ni dirección. La abres, curiosa. Desprende un olor dulzón y frutal. Abres el sobre. Dentro hay escrito el nombre de una calle y un Te Quiero, y dibujado un corazón. <<¿Será el chico que me gusta?>> Con las ilusiones en una mano y el sobre en la otra, te diriges a la calle escrita, emocionada.
Y entonces llegas. Está todo desierto <<¿Llegará tarde?>> Escuchas unas risas tras un árbol de ramas caídas. Te acercas a mirar, y descubres allí a tus amigos, gritándote "¡Inocente!", como si de ese día se tratara. Te alejas molesta: <<¿Y mi amor?>> Lanzas la carta al viento, frustrada por la broma de mal gusto.

Entonces, ¿a quién podemos creer?



Estáis sentadas en un banco, como todas las tardes desde aquel día de verano en el que os habíais echo amigas. Era tu compañera de locuras, tu amiga del alma. La llave de tu caja de secretos. Era imposible resistirte a contarle un secreto. Y esa tarde, por fin le revelaste el amor de tus sueños, aquel al que aspirabas. Aquel por el que no te rendías en los malos momentos.
Y a la mañana siguiente, él sabe lo que sientes. Sabe que le querías desde tiempos inmemoriales, que siempre le observabas de reojo en las clases y todos aquellos pequeños detalles que pasaban desapercibidos para todo el mundo, excepto para ti.

Entonces, ¿en quién podemos confiar?
Te mira con esa ternura indescriptible desde el otro lado de la habitación. Te hace sentir especial. Te dice que te quiere, que te ama con locura, la locura más loca que existe, y que nunca te dejará de querer. Entonces, te besa. Y tú te enamoras de él más que antes, hasta límites inexistentes hasta ese momento.
Y meses más tarde, se marcha. Se olvida de ti y te deja con el corazón roto, el rímel corrido por las lágrimas inagotables y todos esos besos que hasta ese momento habían sido de ambos, pero que ahora solo existían en tu mente. Y que jamás olvidarías. Te acuerdas de aquel juramento de amor eterno en aquella noche de invierno.

Entonces, ¿a quién podemos querer?

jueves, 21 de marzo de 2013

Encerrada en mi misma

He cambiado y he dejado de ser aquella niña inocente que rompía a llorar cuando perdía algo, ahora no me gusta llorar delante de la gente. No soy muy popular por lo que todo el mundo no me sigue. Me quedo callada en los momentos en los que no sé que decir y suelo escuchar a la gente sin producir ningún sonido.
Aunque un dolor muy fuerte invada mi cuerpo nadie se entera.                                       

shattered dreams


Puedo parecer feliz, pero no estarlo, puedo parecer eufórica y tener ganas de llorar. Tengo más problemas de los que la gente cree, puede que piensen que tengo pocos porque cuando estoy con gente actuo normal. 
No soy perfecta, solo soy una persona más en esta esfera a la que llamamos mundo. Siempre no estoy triste, a veces estoy feliz,  otras veces lo intento parecer. Mis amigas dicen de mis bromas tontas, del país que tanto me gusta y al que espero ir, todo eso son ratos en los que estoy feliz o me intento convencer a mi misma. A veces me gustaría cambiar mi vida, volver a nacer. Muchas cosas me hacen feliz, mis amigos, mi familia, etc...
Lo reconozco a veces soy feliz, pero otras veces estoy muy triste.
Angelics

Hola, Soledad

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-Hola, Soledad.
+¿Por qué vienes ha hacerme compañía?
-Bueno... Creí que necesitabas una amiga.

miércoles, 20 de marzo de 2013

Lovely phrases

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Sueñan sirenas, silban serenas.
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Princesa encantada
cantando dulces baladas.
Príncipe soñado caminando,
 compañía de hadas.
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Algodonosas nubes
tapando el cálido sol,
augurando húmeda lluvia
sobre el viejo torreón.
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Dulce tu mirada,
dulce tu sonrisa,
dulce tu caricia,
dulce tu amor.
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Las nubes en el cielo,
las flores en el suelo,
los besos al viento,
los pájaros al vuelo.
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Descansando en el alto árbol, fría escarcha.
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Día oscuro,
noche clara.
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Lloro a la alegría y sonrío a la tristeza.
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Lágrimas en las mejillas,
como lluvia en la arena.
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Mundos de papel,
personas de letras.
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Mundo pacífico,
sin pistolas ni rifles,
donde todos sonríen.
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La Luna sonríe,
mientras el Sol la abraza,
esperando a que le mire.
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Mil cometas volaban,
por un cielo infinito.
*Todas estas estrofas, pequeños poemas, han sido creados únicamente por nosotras*

domingo, 17 de marzo de 2013

Desde este cajón de los sueños e historias...


¿Puedo seguir luchando? ¿Habrá un final? ¿Una  historia?
Pensé que te habías ido para siempre, llevándote contigo todas nuestras miradas y sonrisas que nos quedaran siempre a nosotros. Guardadas en nuestras memorias y corazones. Sentí un vacío dentro de mi cuerpo que se desvanecía delante de aquel sol radiante que teníamos ese día. Soñé con no perderte, con volver a verte. Y, llorando, junto a mi peluche, en aquella esquina, te mandaba palabras llenas de cariño. Bajo aquella habitación, vi cómo te alejabas. Evitando mirarme. Y lo comprendí todo. No te ibas, tan solo te marchabas por un tiempo intentando aclarar tus ideas, intentando olvidarte de lo que había pasado. Hubo miles de historias que cada persona sintió de una manera diferente. Tú dijiste un fin. Yo dije un "volveremos a vernos" Pero lo que ninguno de los dos sabemos, es que, ambos nos arrepentimos de aquella decisión, porque desde el día en el que te vi irte, pensando que iba ser para siempre, lloré y supe que nuestra historia no podía acabar ahí. De aquella forma tan triste. Sentía que me quedaba algo por hacer, pero no llegué a tiempo. Y mientras tú me decías un fin, yo también me marchaba y cuando ya no volviste a saber de mí, cuando ya no podrías volver a verme. Entonces te diste cuenta que no habías podido dirigirme otra sonrisa. La última. No había existido de tu parte. Pero sí de la mía, por eso, ahora ambos sabemos de que eso solo fue el principio, de que nada acabó aquel verano, si no que tan solo fue el primero y aun no sabemos si habrá otro final o todo acabará florando en el aire. Sin respuestas. No sabemos si aquella historia, nuestra historia, tendrá un final feliz o simplemente se quede sin final. Pero desde aquí, desde este cajón de los sueños e historias recopilados en un álbum viejo que encontré, digo que hubo un principio. El principio más bonito y soñado que nuestros corazones inventaron.


Un pasito a la derecha

Agacho la cabeza, escribiendo en mi cuaderno tontos pensamientos sin sentido para nadie, excepto para mí. Levanto la mirada, aburrida, y aparto un mechón de pelo de mi cara. Giro la cabeza y le veo, sentado en su sitio. Un pasito a la derecha de distancia. Vuelvo mi atención a mi cuaderno garabateado. Agarro el lápiz y empiezo a juguetear con él. Lo muerdo por la punta, cosa que no suelo hacer pero que empieza a dejar secuelas en el trozo de madera. De nuevo, le miro. Habla con la chica que tiene en el pupitre de delante, que se ha girado para hablar con él. Un pasito a la derecha. Dejo el lapicero de grafito sobre la mesa. Le miro. Observo el cuaderno. Le vuelvo a mirar. Vuelvo a centrarme en mi cuaderno. Y vuelta a empezar. Un pasito a la derecha. La clase termina. Recojo mi cuaderno en la mochila. Le veo. Y entonces, sin hacer caso a mis sentimientos, doy un pasito a la izquierda.

Lo hemos intentado

Acompañada de la soledad silenciosa...
Sentada en un banco, vestida con un abrigo de color crema, mira melancólicamente hacia delante a través de sus gafas. Y no hace nada más. Acompañada de la soledad silenciosa. Un halo de tristeza la envuelve. Poca gente conoce sus sentimientos o pensamientos, y nosotras no somos una excepción. Le dirigimos súbitas miradas antes de volver a nuestro libro de Lengua y Literatura.

-¿No os da pena?-dice la más bajita de ellas.
-Sí, pero ¿qué podemos hacer nosotras?-comenta la chica de gafas.
-Me gustaría decirle algo, pero no sé...-duda la última, de pelo largo y marrón.
-Yo me muero si voy.
-Yo le digo algo si alguna me acompaña-la chica bajita se levanta, con el libro en mano, y mira a las otras dos, sentadas junto a sus mochilas en el banco contiguo.
-A mi me da mucha vergüenza-repite la de gafas.
-No sé...-duda otra vez la del pelo largo.
-Vale, voy yo.

La bajita anda hasta el banco donde la chica solitaria mira al vacío. Las otras dos ya no estudian la lección, si no que observan, nada disimuladamente, a su amiga. Tras un par de minutos, vuelve a su respectivo banco.

-¿Qué te ha dicho?-pregunta la del pelo largo.
-¿Qué le has dicho?-pregunta a su vez la de gafas.
-Le he preguntado que que tal le iban los estudios y tal. Todo ha ido en torno a eso.
-Oh.
-Además, tiene una voz muy diferente a cómo me la imaginaba-replica la bajita.
-¿Cómo era?-pregunta la del pelo largo.
-No sé, era más grave de cómo me la imaginaba. Y, ¿no os parece mal cómo estamos hablando de ella? Como si fuese este tema de conversación y ya está.
-Uf, me sigue dando pena-comenta la de gafas, mirando en dirección de la otra chica, que seguía ensimismada  en sus pensamientos.
-¿Le preguntamos si quiere venir?-propone la del pelo largo.
-Por mí vale-responde la bajita.
-Ve tú, que ya sois amigas-dice la de gafas.
-Sí, vamos, somos íntimas-ironiza la aludida, mientras unos chicos de la clase de éstas se acercaban y se sentaban dos bancos más allá, al lado de la otra chica.
-Encima ahora vienen éstos-bufa la del pelo largo.
-¿Y qué pueden decir? ¿De qué se pueden burlar? ¿De qué nos pueden acusar?-pregunta la bajita. No deja responder a sus compañeras- ¿De ser amables?
-Vale, es verdad-le da la razón la de gafas-. Pero si voy yo, me muero por el camino. Y eso que son dos metros.
-Jo. ¿Me acompañas?-le suplica a la del pelo largo, que se queda pensativa-.Sois unas cobardes-replica, antes de ir al banco de la otra chica.

La bajita le pregunta que sí quiere ir con ellas, mientras la chica mira en dirección al banco. Las otras dos hacen un ademán de saludo con la mano. Ven que niega con la cabeza. Y un escueto "Gracias". La bajita vuelve al banco, triste.

-Lo hemos intentado.