sábado, 23 de marzo de 2013

Entre libros y palabras, también me encontré con música

Mi cuerpo se encontraba totalmente recto, mi espalda se apoyaba en la suya, mis manos lograban llegar a tocar el cielo, mis cabellos rozaban los suyos con delicadeza. Flotaba en una nube, con él a mi lado, con sus ropajes masculinos y con sus ojos avellana, sentía total inseguridad, no conseguía tranquilizarme. Mis nervios empezaron a recorrer todo mi cuerpo, aquella figura tan recta que siempre me caracterizaba había empezado a flojear, todo había empezado a temblar. Todo podía derrumbarse en aquel momento, aquella forma blanquecina parecida a una nube me tragaba por momentos, me hacía sentir mil sensaciones, pero él seguía igual de rígido. Entonces noté aquellos pájaros llenos de letras, que flotaban por el mundo regalando sueños. Sentí la mirada de uno de ellos en mi nuca, y me acerqué a él. Le ofrecí mi mano y me agarré con suavidad a sus páginas, surcábamos todos los lugares a los que nunca había podido ir, subíamos y bajábamos montañas y universos. En ese momento, me sentí completamente segura de mí misma, con un poder sobre todos los personajes que se habían adentrado en mi vida, estaba flotando entre palabras, no entre nubes. Había sentido cómo las palabras se me habían tragado. Y tal vez fue por eso, por lo que  desapareció. Él ya no estaba allí, él no sentía las ganas de poder adentrarse en otro mundo. Aunque  tal vez sí que lo hiciera. Mientras surcaba los cielos con aquel libro que me había acompañado, noté la presencia de otra cosa muy poderosa. Eran también palabras, que salían de una voz femenina, eran palabras cantadas con un sentimiento que las acompañaba, era música. No podía parar de escucharla, era mágica, se adentraba en cada rincón de mi cuerpo, no me producía rasguños, tan solo producía sentimientos, era poderosa y en ese momento, puede que alguien pensase que estaba sufriendo, pero  me liberé por completo, mis lágrimas se desparramaron por mis ojos como cascadas cristalinas y volví a notar su presencia. Me miraba desde lo más lejos, recorría mi cuerpo y antes de que pudiese escapar, me agarró con fuerza y volví a adentrarme en otro mundo de letras, otra vez me había agarrado con fuerza para no dejarme escapar, otra vez había vuelto a hacerme leer sin parar pues otro mundo nuevo había aparecido y tenía que adentrarme en él para comprender otra historia más en un mundo de papel.

Flotando entre palabras
 
 


1 comentario:

¿Nos dedicas unos segunditos de tu vida?