domingo, 3 de marzo de 2013

Ese día nos unió para siempre

Ando sola por un pasillo, lleno de puertas de diferentes colores y me detengo ante una con un color azul celeste y que tiene algo especial. Cuando la miro, todo surge. Un brillo se ilumina en mis ojos y una energía potente asciende por mi estómago. Agarro con fuerza el pomo de la puerta como si nunca lo quisiera soltar y sin darme cuenta lo giro hacia la izquierda. La puerta se abre. Entro con delicadeza y sin hacer ruido, entonces es cuando oigo unos pasos corriendo por el pasillo. Cuando sé que ya no estoy sola. Alguien empuja la puerta antes de que la pueda cerrar y aparecen esos ojos tan verdes y azules que parecen sacados de un cuento. Es él. Sonrío y abro más la puerta para que pueda pasar. Otra vez solos. Es una habitación oscura y no hay ruido. No sé que decir y él parece bastante vergonzoso, pero aun así, se apoya en una pared. De esa forma tan despreocupada que tiene. Me acerco a la pared y yo también me apoyo, dejándome deslizar por ella hasta que me siento. Él repite mis mismos movimientos y se acerca hacia mí. No ha habido ninguna palabra, fruto de nuestra poca experiencia pero hemos acabado allí sentados el uno frente al otro y todo ha ocurrido sin darnos cuenta, sin apenas preparar nada. Pero tendremos que hablar, el destino ya nos ha unido, así que ahora tendremos que continuar sin ayuda, pensando bien lo qué hacer y cómo hacerlo. Por eso, prefiero que me mires y me sonríes a que me hables. Porque las palabras surgirán en cualquier momento pero tiene que haber un motivo, en cambio una sonrisa y una mirada surgen porque ese motivo ambos ya sabemos cuál es. En aquel momento pude escuchar a mis pensamientos y sin saber por qué me acerqué, tal vez demasiado. Te diste cuenta. Y surgió el momento. Nuestros corazones demasiado cerca, nuestros labios también muy cercanos. Hasta que se rozaron, y se separaron. Ambos nos quedamos sorprendidos y nos dirigimos a la salida. Él delante de mí, intentó abrir la puerta pero no pudo. Más tarde lo intenté yo y tampoco pude. Porque aquel sitio nos había unido para siempre, casi sin saberlo. Pero a partir de aquel día, ya formarías parte de mis recuerdos. Pasara lo que tenga que pasar pero ese día y aquel chico ya no se podrá olvidar.


3 comentarios:

  1. ¿Cóooomo lo haces para escribir tan bien?¡¿Cómo?!
    Me encantan las palabras que usas, enserio y como las usas, no te repites nunca y encima la foto que la acompaña es preciosa, como en todas las entradas.
    Besos, Amanda.

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  2. Precioso Blue, me quedé triste cuando se iban pero luego me emocioné cuando la puerta no se abría jaja
    Me encantó mucho este bonito pedazo de historia :)

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