jueves, 29 de agosto de 2013
Crónicas de una fumadora #1
sábado, 24 de agosto de 2013
Que me mojen

sábado, 3 de agosto de 2013
Tal vez si existiera...
Bajo la mirada y descubro un pequeño sobre, está medio abierto, húmedo y lleva manchas de un tono gris. Esas lágrimas ya están secas, se han quedado en el sobre como señal de recuerdo. Dentro del sobre no hay nada, más que hojitas de papel arrancadas en pequeños trozos. Parecen haber sido rasgados con fuerza y con odio. Apenas hace sol, a pesar de ser verano, las nubes del cielo están totalmente acumuladas unas sobre otras y no tienen un color muy claro. A lo lejos del largo y estrecho camino, logró ver una chica montada un caballo. Lleva un cuaderno, lleno de cartas, lleno de palabras con una caligrafía parecida a la de un niño. Corro hacia ella intentando que me ayude a terminar el camino. Sin embargo, ella no me oye, ella tan solo me ve como una luz. Al igual que los pájaros, al igual que la luna y el agua. Todos mis sentimientos quedaron escritos en aquella carta sin destino. Sabía que nunca terminaría en manos de nadie que pudiera leerla. Tenía que distribuirla y mostrar al mundo lo que sentí por ti. Sabía que aquellos besos serían los últimos, creí que podíamos formar un infinito, pero no todos los infinitos son tan grandes. Sumergida en lágrimas que me ahogaban, sentía el impulso de caer en el vacío, mis piernas empezaron a sentirse débiles y allí floté tímidamente entre las nubes. Sentí que la libertad que todos buscamos, estaba allí, lejos de la vida.
En un lugar paralelo a este mundo, donde las sogas que habían puesto sobre mí, se convertían en simples pulseras con un suave tacto.
La libertad siempre está lejos, estaría más cerca si existiera