Siento lo que te hice. Era una niña, apenas tenía conciencia para pensar en la fuerte amistad que nos unía. Éramos tan amigas... Decidí cambiarlo. Decidí sentirme culpable el resto de mis días en silencio. ¿Por qué? Nostalgia. De aquellos recuerdos que a esta edad no se pueden recuperar. Podemos construir más. Me diste una oportunidad que no merecía y ahora ahí estoy. A tu lado, transformando tus tardes en locuras. Dándote un hombro donde llorar. Una caja de secretos en la que depositar los tuyos con cerradura y llave. ¿Por qué me diste esa oportunidad? Para mí sigue siendo un misterio, aunque prefiero pensar que es porque eres unas de las mejores personas que he conocido. Yo creo que el universo nos había creado para que nuestros caminos volvieran a cruzarse, transformándolo en uno solo que atraviesa el mundo, nosotras andando por él, unidas por la cadera. No sé como podré agradecértelo. Por ahora, lo único que puedo hacer es demostrárselo al mundo mediante esta pequeña entrada, y demostrártelo a ti con mi corazón desnudo, dejando que mis sentimientos vuelen libres cada vez que estoy a tu lado. Espero no malgastar mi segunda oportunidad.
Te quiere como amiga:
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