Caminando sin rumbo bajo una lluvia torrencial por aquella llanura apartada del mundo. Escondida bajo mi capucha impermeable de mi chaquetón. Buscaba. En el cielo encapotado, con las gotitas cayendo en mi pequeña nariz. Mis ojos azules escrutaban cada rinconcito del telón de fondo gris de mi mundo. Señales, ni una. Hasta aquel rayo que apuntaba hacia mi monte solitario. Me cubrí la cabeza con los brazos, acto reflejo. Observé el cielo pasada la centella, asustadiza. Un rayo de sol me vislumbró allí, sola y atemoriza, alumbrando mi pálida piel. La lluvia seguía mojando acechante. Mi búsqueda había terminado. Un precioso arco iris se alzaba por encima de mi cabeza. Siete preciosos colores: rojo, naranja, amarillo, verde, azul, añil y morado. Ya sabes, si alguna vez me buscas, estaré en algún lugar bajo el arco iris.
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