sábado, 16 de marzo de 2013

Me enamoré, sin motivos ni razones

Logré esconderme de aquella sombra que me perseguía, conseguí encontrar un lugar donde todo me pertenecía, donde podía soltar mis lágrimas sin que ningún intruso pudiera mirarme, pero tras aquella verja que encontré, todo era muy distinto. Todo estaba apagado, estaba nublado, no era el mundo que las personas querían, sin embargo seguí andando hasta que ya no pudiera alejarme más de todo. Y entonces, me senté. Mis lágrimas empezaron a caer, habían estado retenidas durante mucho tiempo, y ahora parecían cascadas en mis mejillas. Me sentí aliviada, hasta que a lo lejos, donde pensé que ahí se había acabado todo, que no había más camino. Apareció un bosque lleno de vida. Sin pensármelo, continué el camino y me adentré en aquel bosque. Había miles de mariposas flotando en el aire, y descansé apoyada en un árbol. Cerré los ojos y respiré aquel polvo mágico que alguien había soltado. No llegué a dormirme, sin embargo noté la presencia de alguien. De aquella sombra que me perseguía, pero aquella vez, no pude escapar. Se sentó a mi lado y retirando mi pelo de la cara, encontró el modo de besarme. Sin saber por qué, sonreí. No me importaba quien fuese aquella persona, ni su aspecto, ni su carácter. Tan solo me importaba aquel beso que por un momento, me había hecho feliz. Y él, no desapareció, se quedo junto a mí, a mi lado y me cuidó para siempre, sin saber por qué lo hacía, pero pensé en que él me había hecho feliz y estaría conmigo para siempre. Sin motivos ni razones, pero me enamoré de él.


2 comentarios:

¿Nos dedicas unos segunditos de tu vida?