miércoles, 16 de enero de 2013

Miradas amigas

 No quiero parecer el centro del universo. Ni el ombligo del mundo. Tal vez me las imagine, miradas incrustadas en mi espalda cubierta por un grueso jersey. A veces son amigas, embobadas, mirando a un punto fijo que ha decidido ser mi nuca hasta que yo las saludo, sacándolas de su mundo de fantasía. Otras, quien sabe. Anécdotas que le han recordado a mí, simplemente quieren que me dé la vuelta, no sé. Ojos marrones, más claros o más oscuros. Los típicos y los que más predominan en lo que yo me atrevería a decir, en el globo en el que vivimos por obligación. Esas miradas que me esfuerzo en creer que son producto de mi cabeza desorientada, y posiblemente sea cierto. Tal vez fuera el sol buscando ayuda para sacarle de aquel laberinto de nubes pomposas. Tal vez el arco iris que me estaba avisando de que vendría a saludarme, después del chaparrón que me pilló desprevenida y sin capucha. Simples miradas. Podrían no significar nada, o todo. O simplemente que me dedique a escribir porque tengo una imaginación insaciable. Y de hecho, es lo que estoy haciendo. Una entrada más para el universo, una entrada más para el mundo. Al fin y al cabo, las miradas son unas miradas amigas.
Aunque tal vez sean producto de mi imaginación
insaciable.

Miradas incrustadas en mi espalda cubiertas
por un jersey grueso.



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