jueves, 28 de febrero de 2013
Todo se ocultaba por momentos, menos él.
martes, 26 de febrero de 2013
Café con leche
lunes, 25 de febrero de 2013
+¿Me llamabas?
-No, será tu subconsciente que de todas las chicas que van detrás tuyo sus voces se te habrán quedado grabadas a fuego en tu cabeza.
domingo, 24 de febrero de 2013
Un árbol muy pequeño, pero fuerte
Tenía una rama rota y las hojas caídas, aun así, él sonreía débilmente. Observé todos aquellos gigantescos árboles, todos tenían muchas flores y alguna rama rota y ninguno de ellos era feliz. El pequeño árbol susurró unas palabras:
-Al ser tan pequeño, nadie se dio cuenta de que estoy aquí y de que por muchas ramas rotas que tenga y hojas caídas, sigo siendo feliz. Y ellos están mejor que yo y no son felices....
sábado, 23 de febrero de 2013
Otra vez de las muchas que hubieron
La luz se cuela por la puerta al igual que la luz gris del cielo, veo miles de reflejos por cada lado, por todos lados hay una luz transparente reflejada. Oigo los cantos de los pájaros en cada árbol. Siento todo muy cercano. Miles de miradas se centran en mí, en la chica sentada en un banco. Rodeada de hojas otoñales que decoran aquella calle tan apartada de la ciudad. Miro varias veces el reloj y veo que la hora ya se pasa de lo normal. Ya no va a venir. Puedo esperar unos minutos más pero no lo hago. Mi ángel no vendrá, morirá flotando en el aire, a mitad del camino y sé que se detendrá, mirará todos los kilometros que le quedan y retocederá, rehará todo el camino y descansará lejos de los problemas de su dueña. Porque por mucho que le llame, que pida a gritos que me ayude, no aparece. Por eso me levanto y me voy hacia la puerta marrón entreabierta y entro. Otra vez huelo todos los problemas e inseguridades que me produce aquella casa, pero subo lentamente las escaleras y me cuelo por la puerta de mi habitación. Sigue habiendo esa luz en el cielo, pero lo que no llego a notar es que allí abajo, en el banco hay alguien sentado. Mirando y buscando a alguien con la mirada. Observa ensimismado su reloj y suspira. Otra vez ha llegado tarde. Otra vez de las muchas que lo hace. Siempre viene, pero demasiado tarde. Hasta que llegue el día que no le llamaré, que pasaré y simplemente me tragaré mis sentimientos. Dejando soltar todo y cometiendo locuras. Porque él volverá a llegar tarde y sin saberlo, volveré a pensar que no llega porque no quiere. Por mucho que lo haga sin querer, nunca llega. Y eso es lo peor.
Los 365 días del año
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Gracias por ser mis amigas, a pesar de todo. |
viernes, 22 de febrero de 2013
Otro problema más
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Solo existíamos tú y yo. |
Encadenada

jueves, 21 de febrero de 2013
Hoy, eso es lo que veo
Mirando al cielo, me perdí en cada nube. El sol me cegaba y me iluminaba. Todo era precioso. No había ruidos ni humos. Todo era naturaleza. Pude oír a los pájaros gritar, a las nubes flotar y hasta el sol sonrió. Es un día tranquilo y las nubes ya no son nubes, se van convirtiendo en todas aquellas personas que voy a ver al salir a la calle. Están todas las personas que me importan y presiento que hoy estaré junto a él, me dejaré llevar y seré yo misma. Sentiré realmente confianza , aunque el corazón me golpee fuertemente el pecho, pero sé que ambos sonreiremos. Nos dejaremos fluir, y será mágico. Un recuerdo más para mi historia. La vida da muchas vueltas, por eso no dejaré escapar oportunidades. Las captaré y las recogeré porque las quiero. No quiero perder ninguna, a ninguna de todas las personas que me quieren. Porque las necesito a todas. Desde la chica de las 8 de la mañana hasta el chico que está ahí y , que hay que mirarle porque tiene algo especial. Porque os quiero a todos. Ocupáis un lugar en mi corazón,por mucho que no os conozca demasiado. Me importa lo que veo ahora, lo que estoy viendo en este momento sobre vosotros. Da igual si luego sois diferentes, no puedo decir que sois distintos porque conmigo sois como sois y me gusta.
-Cada uno ve a las personas de distintas maneras porque cada persona tiene su manera de ser dependiendo de la persona -Blue Princess
Y cada vez se da más cuenta de que no volverá

miércoles, 20 de febrero de 2013
Y ella siempre estará ahí
Había alguien a mi lado, una sombra. La sombra que me acompaña a todos los sitios desde que llegó y apareció por la puerta, sigue a mi lado. No habla ni dice nada pero está ahí y eso es lo que importa. Me agrada su silencio, su acogedora compañía y su discreta protección. Porque, aunque no tenga un cuerpo, es también una persona y la quiero. Porque sé que siempre me escuchará aunque no le guste lo que diga, porque sé que nunca desaparecerá.
Porque a veces lo que está ahí, a un lado y no molesta es lo más importante. Con ella puedo ser yo misma sin sentir su mirada clavada en mis ojos porque tengo seguridad y me sujeta para que no me caiga. Porque es la mejor amiga que se pueda tener. Es una mejor amiga, porque los mejores amigos tienen que estar siempre ahí, escuchándote, apoyándote y son los que sabes que nunca te mirarán mal porque al fin y al cabo, siempre has estado tú a su lado y le has querido como a nadie. Sin embargo, el día que todo acabe, llegara,porque así se ha querido, entonces es cuando tendrás a su alma a tu lado. Tendrás a su sombra. Y le querrás.
Entonces me preguntarán:
-¿Por qué estás sola? ¿No tienes amigos?
Y tras todas las miradas responderé:
-No estoy sola, tan solo que no sabes percibirle.
Arreglé el timbre
martes, 19 de febrero de 2013
Condenada por la vida que viví
Me encuentro en una sala llena de velas, noto el calor que emana de cada una de ellas. Oigo los pasos de otras tantas personas que también han sido condenados a vivir solo una vez y a derramar lágrimas por cualquier bache. Pero yo era así, lloraba por amor, aunque nadie entendía muy bien por qué. Me repetían una y mil veces que era una persona normal como todos los demás, que ya encontraría a otra mejor. Pero no. La vida no da tantas oportunidades. Él no era una simple persona, me hacía sonreír y me desesperaba con sus tonterías, pero aun así notaba sus latidos, su timidez, sus pasos y sus miradas.
Ahora ya no había vuelta atrás, había sido condenada a aprender de la vida que ya nunca volveré a tener. Me enseñan a sufrir de nuevo todas las experiencias antiguas y no puedo llorar. Mis ojos no pueden brillar por una lágrima que asomada, amenaza con salir. Hay demasiadas personas desconocidas pero ninguna de ellas es feliz. Todo el mundo se arrepiente. La sala cae en la oscuridad y oigo muchos latidos y susurros entre los demás. No consigo orientarme y respiro profundamente. Nadie sabe cuánto tiempo estaremos allí. La luna llena asoma por una de las ventanas, veo reflejada su luz transparente y noto que me sonríe, que no es cualquier luna llena, si no que con ella trae un regalo. Y alguien agarra mi mano con fuerza. No se mueve ni hace nada, pero veo sus ojos brillar. Al instante roza mis pómulos con dulzura y me acaricia el pelo. Caería rendida a sus pies. Era encantador, me hipnotizaba con cada movimiento, hasta que las luces se encendieron de pronto. Ya no estaba allí ni él ni nadie. Tan solo estaba encerrada en una burbuja y siento que no puedo más. Otra vez me he vuelto a sorprender por la imaginación que tengo, pero me doy cuenta de que tan solo, lo que acababa de vivir habían sido imágenes flotantes en aquella burbuja. En ese momento lo sentí mucho pero no aguanté más y esa vez no lloré por amor. Lloré por no tener nada real a mi al rededor. Todo son recuerdos que hacen que sienta realmente dolor. Mi corazón estalla al volver a recordar el momento en el que me creí que de verdad existía el amor verdadero. Que pensé que todo sería muy fácil, que cada día con un beso ya bastaba pero no. Mis pensamientos resultaron erróneos, simplemente porque la vida no me enseñó nada. Que nadie me dijo lo que había que hacer y lo que no. Y yo me enamoré como si estuviera poseída de la persona que más daño podía hacerme. No todo salió bien y lo peor es que aun no he sabido cómo olvidarme de todo. Y allí, en aquella burbuja me sentía sola, sin nadie apoyándome porque tal vez lo tuve todo y no supe agradecerlo.
lunes, 18 de febrero de 2013
Un árbol con mucho sentimiento.
Escapando de las garras de los árboles, me quede atrapada, no sabía salir. Me retumbé en las hojas dejando que la tierra me tragara pero nunca llegó a hacerlo. Tan solo me agarraba de mis pies y manos con sus ramas. Entrelazaba mi pelo entre sus manos y me lo acariciaba con dulzura. También se enganchaba con cuidado y pude desenredar todo lo que había tocado. Oía los crujidos horroros de todos los árboles. Quería salir de allí, alejarme del peligro que oprimía mi pecho y mi corazón que ya se hacía a la idea de no poder salir. Hubo momentos en que los animales se me acercaron y vislumbraron mis muescas de horror en la cara. Tenía arañazos en cada parte de mi cuerpo, en toda la piel se me veían costras rojas llenas de sangre que me producían un asco terrible. Me sentía mareada y el sol se alzaba en lo alto del firmamento y me invadía con su calor insoportable. Las gotas de sudor recorrían mi frente y transpasaban mis ojos que se cerraban por momentos. Por un momento pensé que todos los árboles se me acercaban y se unían al árbol que me agarraba con fuerza y no me soltaba. Sobreviví unos momentos más y de repente, sentí las ramas que se convertían en dedos, los dedos de una persona mayor que me da un beso en la frente y me intenta sonreir. Lloro demasiado, todo se empieza a convertir en un cuadro abstracto en el que una chica llora por el abuelo que perdió aquel día cuando tan solo tenía cinco años y bajaban a merendar al bosque. Ahora él se encontraba allí, agarrándome con fuerza, llorando al igual que yo y con la sonrisa que le caracterizaba. Aquel fue el abrazo que más tiempo duró, el abrazo que quería desde hace tiempo y había aparecido como si nada, de un simple árbol que ahora era mi abuelo. La persona a la que más quise y me prometió que volvería a aparecer, como si nada, de una forma inseperada, tal y como lo había sido.
Como si fuera el último
domingo, 17 de febrero de 2013
Un mundo malvado.
Aquella vez en el que las nubes invadieron el cielo que se quedo completamente gris y gritando auxilios que nadie escuchó. Que la oscuridad tragaba mis penas y mis alegrías dejandome desnuda, sin mis preciadas piezas que forman mi cabeza. Que mucha gente quedo atrapada en sus sueños, fueron bloqueados y no podían salir. Las aguas se removían lentamente unas sobre otras y ya no eran transparentes, tan solo un líquido oscuro que seguía sintiéndose horrible por dentro. El aire pesaba y muchas veces era irrespirable, taponaba mis orificios de la nariz llenándola de un gas con olor.
El suelo temblaba y con él, arrastraba cada edificio, cada carretera, cada persona y lo peor fue que lo hacía antes mis ojos. Los ojos que han visto miles de cosas terribles, y que ahora mismo, ya no se asustan de nada, que añora los días en los que podía ver al mundo como cuatro árboles y niños jugando al rededor. Que veía la noche y se asustaba, que el peligro le invadía aun estando protegido por personas. Esos ojos que tiemblan al ver a alguien llorar, que puede ver cómo se derrumban las lágrimas y con ellas todo su corazón. Seguiré viviendo con la misma retina, con el mismo color y tamaño del que tengo e intentaré que las tragedias y las lágrimas no me ciegen. Porque todo es un mundo malvado en el que estamos atrapados y no podemos salir, que nos retiene y nos obliga a ver todas aquellas cosas que antes no podías ver, porque todos sabemos que tarde o temprano, llegará el día en el que todo se acabe y con él todo nuestro cuerpo y recuerdos. Todo se quedará grabado en la mente, en los ojos y en el corazón que lo han podido entender, mirar y sentir.
Toda una vida llena de momentos que se quedarán en el tiempo. Flotando.
Sin mis amigas
Experta en falsas sonrisas

Y ahora los papeles se han cambiado. Es ella la que vive su momento feliz, y yo la que observa desde un segundo plano. Sin embargo, yo no tengo ganas de llorar. No estropearé su momento, un momento más importante que el mío, pero similar. Soy experta en poner falsas sonrisas, no renunciaré a mi título. Y a pesar de todo, ella sonríe sin darse cuenta de que estoy haciéndole un favor, porque si ahora yo llorara, ella no estaría tan enormemente feliz.
Me siento feliz. Feliz e infinita

La sombra del amanecer.

Miraba a cada lado, sin rumbo, tan solo esperando a que viniese. La sombra del amanecer que aparece con sus pasos sigilosos que solo llegó a oír yo. Nadie más puede hacerlo. Me escondo entre las flores marchitas del campo, tan solo me dejo caer en la soledad que acompañada por aquellas preciosidades tengo la mejor compañía. La sombra se acerca hacia mí, dando saltos con delicadeza, rozando apenas el aire. Está feliz y parece que no me descubre en la espesura. Oigo su respiración entrecortada y más tarde sus susurros que se los regala al viento. Casi es transparente, pero aun puedo ver algo de sus ropajes cristalinos. Se para y mira rápidamente al horizonte, el sol ya va a salir.
Corre hacia una colina que la sube batiendo sus alas con rapidez. Huele a rosas. Las flores empiezan a tragarme, me intoxican con su aroma. Más tarde, los pétalos se mueven y se posan en mis ojos. Ya no me dejan ver nada. Sigo escuchando los silbidos de los pájaros que vuelan formando las nubes del cielo.
El sol ya está en el punto más alto, el cielo ya no tiene el color rosado amarillento, ahora es de un azul celeste, casi transparente. Parece que las flores me sueltan y puedo levantarme. La sombra ya ha desaparecido. Ya ha dejado que un nuevo amanecer sea casi tan rápido y despacio que no he podido llegar a ver con claridad. Los amaneceres seguirán siendo un misterio, que tan solo las flores, el campo y la sombra del amanecer lo sabrán. Porque es el misterio mejor guardado que pagaría millones por verlo, pero la naturaleza no permite que nadie lo vea. Nadie tiene ese lujo. Por mucho que me esconda entre miles de flores para que la sombra no me vea, la naturaleza es protección, por eso me atrapan, me duermen, cierran mis ojos o me matan para que no pueda ver el secreto mejor guardado.
>>Lo más bello, nunca llega a verse.<<-Blue Princess.

La mariposa de las alas de sol
sábado, 16 de febrero de 2013
Cazadores de corazones
Intenté, pero no pude
Quiero ser libre, para siempre, que nadie me retenga, que por muchas veces que me digan:
-Quédate con nosotros, es mejor para ti. Te vamos a echar de menos.
Yo seré quien cometa los errores, la persona más cabezota del mundo que aunque se lo digan mil veces, escaparé del mundo. Recorreré cada esquina pensando en que habrá más allá del cielo, los planetas más bonitos que existen.
Allí hay personas que nos esperan, que quieren que las descubramos, pero nadie les hace caso.
Que sufren, aman y sienten al igual que nosotros, que se merecen la oportunidad de que les escuchemos, de que les respetemos y de regalarles un beso.
Por eso, échate en la cama, contempla el cielo oscuro y manda un beso a aquellas criaturas que habitan en cada planeta, en cada estrella, en cada rincón del mundo entero.
Bueno, más allá del mundo porque el mundo no tiene fin, ni lo ha tenido ni nunca lo tendrá porque como todos sabemos, es infinito.