sábado, 2 de febrero de 2013

A rainbow in the snow

nightmareMira por la ventana del coche, que se mueve lentamente, con cuidado. Fuera, los copos de nieve golpean con fuerza la ventana, incapacitándole la vista al exterior. Segundos más tarde, se deslizan por el cristal como lágrimas caídas del cielo, hasta caer a la carretera infinita. A lo lejos, montañas cubiertas por un manto de un blanco puro, y pinos y abetos nevados. Una perfecta escena invernal. Pensaba que jamás llegarían a su destino, la niebla no se disipaba y la nieve no quería que terminara su momento de gloria. Por encima de las cumbres de la sierra, un arco iris de vivos colores se alzaba triunfante, por fin había conseguido salir de su escondite y sacar una sonrisa al mundo. Su luz finalizaba en un bosque cercano, y ella no puede reprimir sus deseos de salir a buscar la olla con monedas de oro, pero se resiste. Rato después, ha desaparecido, dejándola sin ningún tipo de distracción exceptuando la música de fondo que sonaba desde el reproductor de música del coche. El cristal de la ventana se empaña como la mampara en una ducha caliente. Arrastra el dedo sobre el cristal realmente frío, dibujando unas montañas, unos pinos, un sol tapado por las algodonosas nubes, un arco iris. Jamás se olvidaría de ese día.
Por fin habían llegado.

                                  


         
                                                 


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