martes, 19 de febrero de 2013

Condenada por la vida que viví

Me encuentro en una sala llena de velas, noto el calor que emana de cada una de ellas. Oigo los pasos de otras tantas personas que también han sido condenados a vivir solo una vez y a derramar lágrimas por cualquier bache. Pero yo era así, lloraba por amor, aunque nadie entendía muy bien por qué. Me repetían una y mil veces que era una persona normal como todos los demás, que ya encontraría a otra mejor. Pero no. La vida no da tantas oportunidades. Él no era una simple persona, me hacía sonreír y me desesperaba con sus tonterías, pero aun así notaba sus latidos, su timidez, sus pasos y sus miradas.
Ahora ya no había vuelta atrás, había sido condenada a aprender de la vida que ya nunca volveré a tener. Me enseñan a sufrir de nuevo todas las experiencias antiguas y no puedo llorar. Mis ojos no pueden brillar por una lágrima que asomada, amenaza con salir. Hay demasiadas personas desconocidas pero ninguna de ellas es feliz. Todo el mundo se arrepiente. La sala cae en la oscuridad y oigo muchos latidos y susurros entre los demás. No consigo orientarme y respiro profundamente. Nadie sabe cuánto tiempo estaremos allí. La luna llena asoma por una de las ventanas, veo reflejada su luz transparente y noto que me sonríe, que no es cualquier luna llena, si no que con ella trae un regalo. Y alguien agarra mi mano con fuerza. No se mueve ni hace nada, pero veo sus ojos brillar. Al instante roza mis pómulos con dulzura y me acaricia el pelo. Caería rendida a sus pies. Era encantador, me hipnotizaba con cada movimiento, hasta que las luces se encendieron de pronto. Ya no estaba allí ni él ni nadie. Tan solo estaba encerrada en una burbuja y siento que no puedo más. Otra vez me he vuelto a sorprender por la imaginación que tengo, pero me doy cuenta de que tan solo, lo que acababa de vivir habían sido imágenes flotantes en aquella burbuja. En ese momento lo sentí mucho pero no aguanté más y esa vez no lloré por amor. Lloré por no tener nada real a mi al rededor. Todo son recuerdos que hacen que sienta realmente dolor. Mi corazón estalla al volver a recordar el momento en el que me creí que de verdad existía el amor verdadero.  Que pensé que todo sería muy fácil, que cada día con un beso ya bastaba pero no. Mis pensamientos resultaron erróneos, simplemente porque la vida no me enseñó nada. Que nadie me dijo lo que había que hacer y lo que no. Y yo me enamoré como si estuviera poseída de la persona que más daño podía hacerme. No todo salió bien y lo peor es que aun no he sabido cómo olvidarme de todo. Y allí, en aquella burbuja me sentía sola, sin nadie apoyándome porque tal vez lo tuve todo y no supe agradecerlo.

2 comentarios:

  1. Escribís HERMOSO, no dejes de hacerlo nunca.. trasmitís mucho con tus palabras.
    Tenes una nueva y asidua seguidora por aca, un beso grande!

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  2. 'La vida no da tantas oportunidades' la simple realidad :(
    Muy bueno Blue, sigue así!

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